Opinión

Pablo se equivoca

Se equivoca Pablo Casado al asumir los planteamientos de Vox para tratar de detener el flujo de votos hacia el partido de Santiago Abascal. No es cierto que solo asume lo que forma parte de las esencias del PP: el éxito electoral de Aznar y Rajoy fue que se movieron en el centro derecha liberal, aunque luego en su acción de gobierno acumularan decepciones. Pero fue en el centro derecha donde el PP acumuló adhesiones. El escoramiento de Pablo Casado hacia el extremismo de derechas no le puede acarrear más que disgustos. 

Se equivocó Pablo Casado al torcer el resultado de la primera vuelta de las primarias, cuando los militantes se inclinaron por Soraya Sáenz de Santamaría, y promover un pacto de perdedores que chocaba de lleno con el espíritu del PP, contrario a ese tipo de componendas. El pacto con Cospedal le convirtió en presidente del partido, es cierto, pero el PP de Casado ha quedado deteriorado y disminuido tras su congreso. Con una ejecutiva deslavazada porque Casado se vio obligado a asumir las exigencias de Cospedal e incorporar figuras de la cuerda de la ex secretaria general que no provocaban excesivo entusiasmo entre las bases del partido. Se equivocó al apostar por personas muy cercanas, de su plena confianza, pero que desconocían al partido, lo que se notó desde el primer momento y se sigue notando. Y se equivocó al dar pie a la idea que es Aznar quien controla todo desde su despacho de Faes. Aunque no sea cierto, es una idea asentada en el PP y, lo que es más grave, asentada en la mayoría de los medios de comunicación.

Se equivocó Casado al nombrar portavoz parlamentario a Dolors Montserrat, de indudables valores pero no para ese puesto, como se ha demostrado sobradamente. Y se equivocó Casado al nombrar portavoz del partido a Marta González, de indudables valores pero no para ese puesto, como se ha demostrado sobradamente. Se ha equivocado al prescindir de figuras que han sido referentes importantes del PP que apoyaron a Soraya Sáenz de Santamartía, y que si se les hubiera dado la oportunidad habrían demostrado absoluta lealtad a Casado porque sus lealtades han sido siempre al partido por encima de las personas. A algunas de ellas sí les ofreció cargos, pero no se correspondían con lo que merecían y, con razón, los rechazaron.

Se equivocó Pablo Casado al no aceptar el pacto que le ofreció Soraya tras ganar ella la primera vuelta de las primarias y quedar él en segunda posición: una lista única pactada entre los dos. Hoy, Soraya Sáenz de Santamaría sería presidenta del PP, Casado secretario general con un gran porvenir por delante, y el PP un partido reforzadísimo que con toda seguridad ganaría de calle a un PSOE que, con Pedro Sánchez al frente, se encuentra en la peor de las situaciones. Y Vox, ante ese PP sólido, sería un partido marginal sin representación parlamentaria. 

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