Opinión

Política ficción...o no tanto

El desafío independentista catalán es serio, por no decir inquietante. El borrador de la ley de desconexión publicado días atrás por diario El País no se poder tomar a broma y, aunque Junqueras ha dicho en Onda Cero que ese borrador no existe, sí ha insistido en que Cataluña no va a renunciar a su objetivo, que en boca del líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) significa independencia. En el gobierno sin embargo se advierte una serenidad que hace pensar que  a pesar de  las amenazas de Puigdemont  la respuesta a las iniciativas que pueda tomar la Generalitat están analizadas, sopesadas y decididas. 

No se han anunciado ni se anunciarán, sino que a cada movimiento de los independentistas  se verá una reacción del gobierno. ¿Carta pidiendo diálogo para negociar el desenganche?  Carta de Rajoy diciendo que  la soberanía nacional no se negocia. Y nueva invitación a defender su proyecto en el Parlamento. A ver qué pasa, a ver si se atreve.

Tanto en la Barcelona política como en el Madrid político, sobre todo el gubernamental, los ojos se centran en Junqueras. Siempre lo estuvieron, de hecho para Rajoy y Soraya es el principal interlocutor respecto al desafío catalán, pero tras unos meses de distanciamiento, de nuevo se mueve algo en torno a Junqueras.  Ha dicho también en Onda Cero que no tiene la menor intención de ser presidente  y que está en condiciones de dejar la política para ser de nuevo profesor de universidad, pero sería impensable que admitiera que efectivamente pretende la Generalitat. Pero es el hombre, ya que  Puigdemont va directo a la inhabilitación porque,  en cuanto ponga su firma bajo una iniciativa ilegal, los tribunales le señalarán la puerta de salida.  Y no hay en CDC, hoy PDeCat,  nadie no inhabilitado que pueda ganar sobradamente las elecciones.

¿Convocará referéndum? Todo indica que sí, pero la clave es ver si Junqueras pone su firma en el decreto. La respuesta de Rajoy será el Tribunal Constitucional, y si Puigdemont marca fecha de la consulta, solo entonces, podrá tomar el gobierno las medidas que, seguro, ya tiene estudiadas, y que podrían suponer incluso asumir las competencias de los Mossos. De los cuatro sindicatos de la policía autonómica catalana, tres están por la ley, solo uno es independentista, así que Puigdemont se puede encontrar con que su consejero de Interior no puede imponer su autoridad.

Cabe entonces otra decisión:  disolver el Parlament y convocar elecciones. Que es el escenario que, aseguran, busca Junqueras. Que está por la independencia, no nos engañemos, pero está también por la ley y dará prioridad a una consulta legal y pactada antes que a un decreto de insumisión.  

¿Ciencia ficción? No tanto. No hay más que seguir las andanzas de Miqel Iceta para adivinar qué se puede estar cociendo en Cataluña.   Puigdemont fuera de juego,  Junqueras  elemento básico de un posible nuevo gobierno  con el PSC como  socio no independentista  … Y Moncloa moviendo piezas. 

Te puede interesar