Opinión

Unos presupuestos sin mayoría

Son los presupuestos sin subida de impuestos, con bajada del IVA en determinados sectores y que representan el fin de la austeridad, según todos los analistas. Sin embargo, para Rajoy y Montoro los Presupuestos de 2017 no han sido un paseo militar como los de los años anteriores, con una mayoría absoluta que les permitía elaborar los PGE sin necesidad de perseguir a los diputados de la oposición hasta arrancarles el voto positivo.  

El gobierno ha aprobado el decreto en el Consejo de Ministros de este viernes, que solo puede considerarse un borrador, un punto de partida, que sufrirá modificaciones durante el trámite parlamentario. Había manejado la posibilidad de no lograr el respaldo suficiente e incluso trabajaba con esa hipótesis, que no les preocupaba excesivamente porque la prórroga de los del 2016  ha permitido gobernar con cierta tranquilidad; pero sí tenía claro Rajoy que si no conseguía aprobar los del 2018 se vería obligado a convocar nuevas elecciones. No ocurrirá.  Las negociaciones últimas abren la posibilidad de aprobar los del 17 aunque todavía  mantiene la duda el diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo, que concurrió a las elecciones en coalición con los socialistas  … pero él mismo ha dado a entender que  puede  haber final feliz, aunque a cambio de una serie de partidas para las Islas Canarias.

La tramitación de estos PGE  estará condicionada por la situación interna que vive el Psoe, con unas primarias que se celebrarán en el mes de mayo y que obligan a la gestora del partido, y al portavoz parlamentario Antonio Hernando a moverse con la máxima cautela. Cualquier acercamiento a posiciones del PP o del gobierno, presupuestarias y no presupuestarias, será utilizada por Pedro Sánchez para descalificar a Susana Díaz, a la que presenta como la candidata de la Gestora, a la que a su vez presenta  excesivamente inclinada a alcanzar acuerdos con el PP.  Es la razón de que ni Rajoy ni nadie del PP hayan realizado ningún tipo de acercamiento a dirigentes del Psoe “oficial” en estas semanas últimas, para no dar pie a que Sánchez o Patxi López lancen sus dardos contra Susana Díaz –sobre todo Pedro Sánchez-  y para no colocar a Antonio Hernando y Javier Fernández en la incómoda situación de negarse siquiera a dialogar con el Psoe. Sí se han intercambiado discretos mensajes entre los dos partidos: el PSOE ha transmitido su disposición a negociar los PGE  siempre que se le permita defender la enmienda a la totalidad –papel que cumple tradicionalmente  el principal partido de la oposición, el que sea-,  y que se retrase  la tramitación parlamentaria de los Presupuestos para que su votación se produzca después de las primarias.  Una  sugerencia o petición que atenderá el gobierno, pues entiende la posición socialista y por otra parte esa petición solo obliga a retrasar una semana esa aprobación.

DESCONFIANZA MUTUA
En las filas populares se tiene la sensación de que las negociaciones, exhaustivas,  en las que han participado Rajoy, Montoro, el portavoz parlamentario Rafael Hernando y el coordinador del partido Fernando Maíllo entre otros, llegarán a buen puerto. Les produjo gran inquietud la postura de Ciudadanos, pues si Rivera repite hasta la saciedad que no se fía de Rajoy, ese sentimiento es recíproco y se da también en el PP cuando hablan de Ciudadanos.  
La experiencia de las negociaciones para el pacto de investidura,  con el equipo de PP llegando a acuerdos con Villegas y Girauta, que  en cuanto contactaban con él echaba abajo un Rivera que se encontraba de vacaciones,  les ha marcado profundamente,  y estos días últimas la desconfianza se acrecentó considerablemente cuando Rivera se negó a apoyar el decreto sobre la estiba, a pesar de que se encontraba en el programa electoral de Ciudadanos con un argumento muy similar al que defiende el gobierno: que hay que cumplir las normativas y leyes europeas y respetar  la libre contratación de trabajadores.
Esa desconfianza se consiguió desbloquear finalmente el miércoles. Ciudadanos aseguró su apoyo gracias a que el gobierno ha aceptado incrementar los PGE en algo más de 4 mil millones de euros, que Ciudadanos quiere que se apliquen a cuestiones que recoge su acuerdo de investidura de Rajoy:  políticas sociales,  ayudas a jóvenes con bajos salarios,  ampliación de la tarifa plana para autónomos, ampliación de permisos de paternidad… Ciudadanos, con razón, saca pecho por sus logros, pero el PP intenta sacarlo también recordando que el pacto lo firmaron los dos partidos y por tanto estaba de acuerdo con los planteamientos ahora fijados por el equipo de Ciudadanos.
Contaba también el gobierno con los votos de tres parlamentarios que ya votaron la investidura, Isidro Martínez de Foro Asturias, Ana Oramas de Coalición Canaria y Carlos Salvador de UPN.  A pesar de que Oramas  ya había dado su voto a Rajoy en la investidura, y que Salvador formaba parte de la lista conjunta que presentaron UPN y PP en Navarra en las elecciones de junio, como ocurría con Foro Asturias y PP, tanto el portavoz parlamentario Rafael Hernando como el ministro Montoro negociaron con los  diputados, que también apoyarán los Presupuestos. 
En el caso de Canarias,  con acuerdos sobre inversiones y políticas fiscales,  lo que  siempre ha sido moneda de cambio de Canarias en las distintas legislaturas, mientras que con UPN las relaciones con el PP han atravesado momentos muy delicados en los que se han sucedido los acercamientos  y también graves desencuentros. 
El propio Rajoy ha suavizado las cosas hablando personalmente con Javier Esparza, presidente de UPN. Quienes cuentan en su haber con larga experiencia parlamentaria, suelen comentar estos días que los apoyos de los partidos pequeños siempre son fáciles para los gobernantes cuando se les da cancha.  

El PNV

Solo con estos tres diputados, además de Ciudadanos, no llegaba el PP a la mayoría absoluta, pero no le fue excesivamente difícil conseguir el respaldo –todavía no confirmado oficialmente- del PNV. Por muchas razones:  Rajoy mantiene una relación fluida, siempre discreta, con Iñigo Urkullu y también con el presidente del partido, Andoni Monforte, de larga experiencia política y que tanto con gobiernos del PP como del Psoe han demostrado sentido de Estado en las ocasiones relevantes. Por ejemplo, días atrás, con el decreto de la estiba. Por otra parte, el hecho de que el PP haya apoyado los presupuestos del gobierno vasco, también ha tenido que  ver con el probable respaldo que recibirán los PGE por parte del PNV. Situación muy similar a la de Coalición Canaria.  

Más duro se presenta Pedro Quevedo, al que se le nota mucho su rivalidad con Coalición Canaria.  Pero, y eso es bueno en esa rivalidad, no le iría bien que Oramas se adjudicara, en exclusividad, las promesas económicas que ha hecho el gobierno para  el archipiélago. Además no se puede perder de vista que Quevedo formó parte de las listas del PSOE.

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