Opinión

Primarias

Ciudadanos ha decidido que habrá  primarias para el ayuntamiento de Sevilla,  el candidato lo designará la dirección del partido. La razón no confesada es que el actual portavoz municipal  Javier Millán mantiene serias discrepancias con la dirección nacional  e incluso ha sido grabado haciendo comentarios despectivos hacia miembros de esa dirección y hacia el dirigente regional Juan Marín, hoy vicepresidente de la Junta.

Ciudadanos pretende impedir que de unas primarias salga reelegido un candidato que no cuenta con la confianza del partido. Se criticará a Ciudadanos como se ha criticado al PP que desde Génova se haya designado a los candidatos regionales y de las capitales de provincia para las elecciones de mayo, pero no hay más que hacer un repaso al escenario político, al escaso nivel de la mayoría de sus actuales protagonistas, para advertir que las primarias han sido un mal invento. En ese sentido se han manifestado últimamente algunos de los más destacados políticos españoles de las últimas  décadas, entre ellos los dos hombres más emblemáticos de  un partido, el PSOE, que fue el primero en hacer de las primarias su bandera. 

El encanto personal no siempre va acompañado de una cabeza políticamente ordenada,  conocimiento mínimo de la trastienda y los escollos  de la vida política, sentido de Estado y  capacidad de gestión.

La empatía  de Sánchez con su militancia ha llevado a La Moncloa al peor presidente de la democracia, mientras quedaban apartadas figuras que podían haber fortalecido el socialismo y gobernar con más eficacia que el presidente actual en caso de haber ganado las elecciones.  Lo que no ha ocurrido con Pedro Sánchez, por cierto. Una moción de censura, legal, le ha convertido en presidente, pero sus intentos electorales resultaron fracasos históricos.

En el PP,  Pablo Casado, elegido en primarias, se esfuerza para potenciar su partido y  detener el chorro de deserciones, pero cualquier observador imparcial admitiría que  las primarias han dejado fuera de juego -de momento- a  dos de las grandes cabezas del PP, Soraya Sáenz de Santamaría y Alberto Núñez Feijóo, mientras que en Podemos son tantos los ejemplos de cómo las primarias han llevado a primer plano mediocridades promovidas por Iglesias  mientras se prescindía de buenas figuras, que es imposible mencionar solo un par de nombres.

Ciudadanos ha decidido el método digital  para Sevilla por el rechazo de la dirección a su portavoz municipal. Pero  quizá sea el momento de reconsiderar el peligro de que la militancia elija mal.

Durante la Transición, época de grandes  políticos, los candidatos salían de  congresos en los que votaban delegados que conocían qué significaba gestionar y asumir responsabilidades. Hubo equivocaciones, pero fueron más los éxitos. Si a eso se suma la obligatoriedad de  cuotas, se suman errores que conducen irremediablemente a dejar de lado a algunos  de los mejores. 

¿Por qué no se copia lo que funciona bien, sobre todo cuando de ello depende el futuro de un país?

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