Opinión

Torra y el rey

El presidente de la Generalitat, y duele decirlo, miente más que habla. Ha declarado que acudiría al acto de inauguración de los Juegos Mediterráneos tras debatirlo con su entorno, explicando que esperó hasta el último momento por si Don Felipe le hacía llegar algún gesto de perdón por el discurso del 3 de octubre.

Falso de toda falsedad: no esperó gesto porque era evidente que no se iba a producir, el rey respondió como correspondía a su cargo, enviado al presidente del Gobierno la misiva de Torra, Mas y Puigdemont, ya que su carga política impedía que el rey pudiera recibir al Torra si la audiencia se producía en los términos que exigía.

En cuanto a la supuesta consulta a su entorno, lo que hubo fue un viaje a Alemania para recibir instrucciones de Puigdemont. Y es que todo el mundo augura que Torra tendrá pronto capacidad de decisión y marcará su criterio frente a Carles Puigdemont, pero de momento la supeditación del primero hacia el segundo es total.

Otra falsedad es la concerniente a los dineros. Torra declaró días atrás que el Felipe VI no pintaba nada en unos Juegos financiados por la Generalitat. No es verdad. Hay ayuda financiera del gobierno catalán, pero el grueso procede del ayuntamiento de Barcelona, el gobierno central (ahí le duele al presidente catalán) y patrocinios privados. No por mucho repetir mentiras se convierten en verdad, y así se lo ha debido decir Puigdemont a Torra, que ahora ya admite que su gobierno es uno de los que financian los Juegos, no los que lo financian en su totalidad.

Debe creer Torra que el rey no duerme de inquietud ante su anuncio de que no piensa invitar a Don Felipe a ningún acto de la Generalitat, cuando la verdad es que pocos actos del gobierno catalán son presididos por el rey. La mayoría de sus viajes a Barcelona responden a invitaciones de entidades privadas que requieren su presencia para foros, congresos e inauguraciones.

Entidades que también invitan a miembros del gobierno español y al presidente de la Generalitat, y si Torra prefiere no acudir para marcar distancias con el rey y con España, es muy libre de hacerlo. Seguro que su ausencia no va a provocar mucho sufrimiento, aunque él intentará vincularla al discurso realizado por el monarca al 3 de octubre, que considera una agresión al pueblo catalán. Como si Torra mercara el sentir del pueblo catalán… Ni siquiera ha votado independentismo la mayor parte del pueblo catalán, apenas un treinta por ciento de sus votantes.

La actitud de Torra sigue siendo de reto permanente a España y a todo lo español. Lo que deberían preguntar los catalanes a su presidente es si piensa gobernar algún día, resolver sus problemas cotidianos o, al menos, intentar resolverlos. Porque mientras Quim Torra dedica todo el tiempo del que dispone a despotricar contra el rey y España, no se ocupa de su principal responsabilidad: gobernar. Que para eso le pagan.

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