Opinión

Un año de Pedro Sánchez 2

Pedro Sánchez cumple un año de su segunda vida como secretario general del PSOE. Su regreso a través de unas primarias que solo él estaba seguro de ganar –días antes le contaba a esta periodista en qué regiones iba a ganar y con qué porcentajes,  y se cumplió al milímetro- no fue un camino de rosas ni mucho menos. Solo un dirigente regional,  el extremeño Guillermo Fernández Vara ha cumplido con su compromiso de cooperar lealmente con quien había ganado las  primarias, los restantes han mantenido las distancias o, en el mejor de los casos,  le han apoyado lo imprescindible, lo justo para que no se les acusara de no respetar al nuevo líder del partido. Pero además, y le duele a Sánchez, los veteranos, los que siguen siendo referente del PSOE aunque sean referentes históricos, no le acaban de aceptar. Ni poco ni mucho. Felipe González se avino a almorzar con él pero de ese encuentro no salió nada, y todos ellos declinaron la invitación de participar en la Conferencia de Gobernantes que Sánchez había preparado con ilusión porque esperaba que en ella se visualizara la unidad del partido. Que no existe y no tiene visos de que vaya a existir a corto plazo. Ni a medio.

Suele decir Pedro Sánchez que ha aprendido de los errores cometidos en el pasado, y efectivamente el Pedro Sánchez 2 dista del anterior. Más prudente,  más centrado –en todos los sentidos, el ideológico y el personal-, con más sentido de Estado. Paradójicamente con el político con el que mantiene una relación más fluida y más sincera es Mariano Rajoy,  al que se ha unido sin complejos para hacer frente al desafío independentista. Con Iglesias apenas tiene contacto, por la decepción personal que siente al sentirse engañado por él en su primer mandato y porque les separa también  Cataluña. En cuanto a Rivera, le considera cambiante. Se toleran, punto. Y solo porque forman parte del bloque anti independentista.

Sánchez está lejos de ser el secretario general que ansían la mayor parte de los socialistas.  Hacer política de Estado  ha fortalecido su imagen,  pero le pasa factura que sea de la mano de Rajoy. Su equipo en el partido es muy flojo, solo se salva José Luis Ábalos, que ni siquiera es número dos, Sánchez ofreció la vicesecretaría a Adriana Lastra, que no cumple las expectativas ni de lejos. Así es difícil la remontada, pero Sánchez espera hacerlo y conseguir un buen resultado en las municipales y autonómicas del 2019, condición indispensable para  hacer buen papel en las  generales.

Cuando cumple el primer aniversario de su segunda vida política, es más consciente que nunca que  cada día se juega su futuro.  La militancia le dio esa segunda oportunidad contra el criterio de los más influyentes … pero no habrá una tercera si no consigue colocar al PSOE en la mejor plaza de la pole position del 2020.

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