Opinión

Termas con ourensanía

José Manuel Baltar, presidente de la Diputación de Ourense, ha traído a Madrid  el calor termal de una ciudad con caudal romano, como consciente de que la Villa y Corte se había quedado tibia de galleguidad  desde la ida de su compañero de partido, Mariano Rajoy. Se ha presentado con blasón de patriota y sonrisa de bandera para curtir los primeros fríos de la capital de España. 

Quiere el presidente de la Diputación de Ourense que su ciudad cotice en bolsa como índice de referencia turística; aunque dice que no quiere venderla sino compartirla. Su credo ha seducido al personal con el peso de una mochila de cuarenta y cinco procesos electorales a sus espaldas que, sin duda, sabe que le aúpan con brillo y esplendor, muy por encima de los treinta y siete grados del potencial termal de su ciudad, que él pregona con vaho de enviado especial.

Después de Budapest es Ourense la ciudad balnearia por excelencia y tiene una de las aguas medicinales más importantes de Europa. Movido por esa riqueza Baltar llegó  esta semana a la capital de España hablando en terminología de demarcación administrativa de provincia, mostró como estandarte el escudo de armas que remata el frontón del pazo de la rúa Progreso y escribió la epístola triunfal a su provincia bautizándola como "La provincia termal". Sin taquígrafos, sin jueces, con su vara de mando y mirando a hace mil seiscientos años, cuando Ourense fue capital Gallaecia, y parándose en dos mil dieciocho, por ser el mejor año turístico; JM Baltar puso por fianza que en dos horas  Ourense estará comunicada con Madrid y que con ello el dominio de la Galia será un hecho.

Desde padre Feijóo hasta Verino, pasando por Eduardo Barreiros, Eulogio Gómez Franqueira, el padre de Julio Iglesias, la persona que diseño la cámara que hizo la foto más importante de Louis Armstrong en la luna…  todo un rosario de estirpe en la provincia del señor Baltar le sirvieron en su oda, incluso Argentina, donde recordó que Ourense tiene mar en aquella localidad, provincia de Buenos Aires y que lleva su mismo nombre por gracia de Ramón Santamarina, de Ourense, claro. La retahíla fue de peso: empresas que colaboran en el ave a la Meca, la fuerza de la castaña, la pizarra y el Ribeiro como la marca más antigua después de la Rioja, que es la segunda provincia románica después de Palencia; que la Estación de Manzaneda debe tener ciento veinte días al año de nieve; que el Carnaval y la Banda de gaitas le dan colorido internacional, sin olvidar la figura del afilador, que de tanto patear mundo es símbolo en el cuadro de Antonio Puga, pintor del siglo diecisiete, y que se exhibe en el Museo Hermitage de San Petersburgo. 

¨Las Diputaciones son enfermos con salud de hierro¨ dice y defiende este político, que quiere que sus responsables sean de elección directa por parte de los votantes. Baltar está de campaña pero con   poesía y sentimiento hablando de ourensanía, al más puro estilo galleguista, centrista y  conformando ciudad alrededor de las Burgas. Autoidentificación gallega se ha presentado en Madrid y ello hace remover hasta las augas más calmadas del Palacio de Raxoi.

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