Opinión

Club de Campo Sevilla 1972

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En 1968 la ciudad sufrió, o mejor dicho disfrutó, una transformación inusitada en lo referente a instalaciones deportivas.  Donde solo había un estadio público (Couto), junto a unas muy escasas dependencias escolares (la mayoría privadas: Maristas, Carmelitas, Salesianos o Josefinas), en menos de cuatro años se inauguró el pabellón de los Remedios, la piscina de Oira y se trabajaba en Santo Domingo y el Club de Tenis. Fruto de la iniciativa privada nació el Club de Campo Sevilla.

En febrero del 68 don Alfonso Castro Rial, promueve la construcción de una piscina e instalaciones deportivas anexas en la llamada Villa Sevilla, también conocida como Finca Sevilla.  La idea era fomentar la natación, el tenis, baloncesto y tiro, además de facilitar un espacio lúdico donde celebrar fiestas.      

La vida del club remató hacia el año 76 pero muchos conservan buenos recuerdos de él, o no todos. Coinciden mis informantes en que el celo por la calidad de las aguas hacía que estas fueran un auténtico "peligro": los bañadores perdían su color y en ocasiones se transformaban en "velos" transparentes. En el caso de los hombres no eran causa más que de unas risas, pero cuando era una chica la que veía como su modelito transparentaba, el problema era serio. 

Me dicen también que aún se investiga la causa por la que en aquellos años entre la juventud ourensana estuviera de moda el pelo amarillo...

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