Opinión

¡Hola, mascarita!

No es el carnaval buen momento para escribir, ni tampoco para leer. Baile, música, risa es el plan para estos días. Si acaso dar un vistazo a estas fotos que para intentar alegraros. En Ourense siempre hemos sido el reino de la mascarita, ese disfraz que casi necesita un cartel que explique cuáles eran las intenciones al diseñarlo.

 Pocos eran y son los que llevaban algo conjuntado y se preocupaban un poco por la estética. Los que lo hacían terminaban consiguiendo el titulo de Reyes del Carnaval, o al menos que se les ofreciera un puesto en el desfile. Estos ourensanos, que por su esfuerzo y constancia lo conseguían, realmente con lo que contaban como arma principal era con unas grandes dosis de simpatía, ellos eran los conocidos Marrón y su señora, Marcial Feijoo, el Trangallán, Paco del Anduriña (por desgracia nos dejo hace años) de otros tiempos, y hoy los Casiano, Paco Gallego, Pelis y algún otro que me olvido y le pido disculpas.

Todos ellos gente seria y respetable, que en estos días disfrutaban (y muchos aún disfrutan) sacando a relucir su vena exhibicionista. Ya a nadie nos extrañaba verlos convertidos en una rubia espectacular, un gorila pelón, o un romano comilón. A otros ourensanos, sin embargo, independientemente de cuál sea su sentido del humor y/o del ridículo, los tenemos, al menos mentalmente, encuadrados en un estereotipo, y nos resulta difícil “verlos”, digamos, rompiendo esas normas de atribuida seriedad.

¿Recordáis algo de nombre tan largo como Comisión Provincial de Monumentos Histórico Artísticos de la Provincia de Orense? A sus integrantes los imaginamos, sin esfuerzo, estudiando un pergamino o mirando bajo el microscopio un “pedrusco”, o clasificando la colección de monedas de Don Marcelo. De esa guisa hasta los podemos visualizar mentalmente; pero luciendo un casco de caballero, como es el caso, o con una bacía de barbero, como podría ser, o con una lanza de guerrero como se ven posando para la foto, se nos hace más complicado ¿no? Pues si me autorizan, otro día os enseñaré esta prueba del buen humor de nuestros maestros. Y ¡por qué no!, está comprobado que reírse es algo muy sano. Disfrutad del Entroido.

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