Opinión

Perdiendo parte de nuestra historia

A pesar de su bella estética, este edificio desapareció de la vista de los ourensanos y por mis conversaciones sé que pocos son los que lo recuerdan. Se decidió su "caída" a mediados de los setenta, aproximadamente.

 Había sido uno de los diseños del arquitecto Manuel Conde Fidalgo y durante una larga etapa fue uno de los edificios más transitados de la ciudad, las causas principales fueron: por un lado, el bar situado en sus bajos, Bar Deportivo, que además de administración de autobuses de línea, era el primer lugar donde se conocían los resultados de los partidos de fútbol los fines de semana (una simple pero escasa radio era la causa). Los camareros se encargaban de ir apuntándolos en una pizarra, componiendo al mismo tiempo la quiniela de la jornada. (Dorzán, en su despacho de quinielas de la calle Cardenal Quiroga, y Almacenes El Barato en Lamas Carvajal, también disponían de la pizarra, pero según me comentan se mostraban al final de la jornada).

Otro motivo de visita era la ubicación en la primera planta del sanatorio Mosquera, uno de los más prestigiosos de la provincia. Y para terminar, en el otro bajo del edificio estaba una de las más completas ferreterías de la ciudad, la de Crisanto Lombardero.

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