Opinión

El invento de las doce curvas

Como dicen ahora, alucino en colores; se dicen y escriben tantas cosas sobre la futura entrada del AVE a Ourense que ya no sé si esto de comunicarse en un mismo idioma es interesante o contraproducente. Muchas veces es mejor que te lo digan en chino, siempre te quedará la esperanza de entenderlo algún día, pero cuando te lo explican en tu propio idioma, solo te queda la opción de alucinar, o si acaso, de llorar. 

Hace unos días aparecía un titular en el Correo Gallego que decía textualmente: “El AVE entrará en Ourense con doce curvas como la de Angrois”. En un reciente debate sobre el mismo tema en el Parlamento gallego, el Sr. Villares criticaba que Fomento proyectaba dicha entrada con doce curvas con un radio similar al de la triste, y por lo visto hoy oportuna, curva. En otros sitios y en distintas fechas leí también algunos comentarios sobre lo mismo en parecidos términos curvilíneos.

Vale que nos gusten las curvas; vale que doce es una docena, una cantidad redonda y muy utilizada para ir al mercado a comprar huevos, zamburiñas, ostras o nécoras, de acuerdo, pero lo que no puedo entender es tanta superficialidad e ignorancia a la hora de hablar, y sobre todo escribir, de un tema tan concreto, tan claro y tan importante.

Yo creo que el problema es que esta gente que habla o escribe sobre el tema, ni siquiera se ha molestado en ver los planos que tan fácilmente se pueden obtener en Google sobre este proyecto, porque si lo hicieran podrían ver perfectamente que las mencionadas doce curvas no existen, simplemente. Cuando no había tanta facilidad para obtener información, era lógico que se pudieran decir o escribir tantas imprecisiones o si quiere, tonterías sobre cualquier asunto, pero ahora, con un simple vistazo a esos planos, se debiera terminar la discusión preguntando simplemente: ¿Me indica por favor y me las enumera las doce curvas de que me habla Vd.? Fin.

Lo primero que hay que aclarar es que el último tramo que está por decidir no es desde la estación de Tabodela no, el tramo que se cuestiona, parte de la llamada recta de Seixalvo, en donde coinciden precisamente los dos trazados, el actual y el nuevo, pasada ya esa estación en dirección a Ourense; hasta este punto no hay conflicto, está todo decidido y acordado, por lo que contar las curvas anteriores a esta recta, (por la misma razón podrían haberlas contado desde el Padornelo) es ya de por sí la primera inexactitud y demuestra el afán de tergiversar las cosas y confundir al personal. 

Pues bien, desde la citada recta, no hay más que dos curvas, dos, no doce, con un radio similar a la de Angrois que creo es de unos 400 metros, que podrían eliminarse perfectamente, soterrando las vías hasta la estación de San Francisco que, además de suprimir esas dos curvas, cerraría la brecha que divide a esa zona periférica de la ciudad, esta sí sería una obra sensata, de esta forma nos quedaría una curva, ya con mucho mayor radio, desde la mencionada recta. Muchas veces la solución está en lo más sencillo, y lo de mirar un mapa sigue siendo una cosa sencilla, pero que se puede tornar a imposible si se cumple aquella sentencia bíblica de que no hay peor ciego, o ciega, tía, que el que no quiere ver. Esto último va dedicado. Besos.
 

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