Opinión

Pablo Iglesias y el salario mínimo

Lo que más me sigue  sorprendiendo, hasta el punto de que ya no es  sorpresa,   de los políticos, de todos los políticos /as,  es ese afán de protagonismo que,   casi sin excepción, tienen todos ellos. No puedo evitar que me traigan el recuerdo de  aquellos malos vendedores que el único argumento que expone siempre es que su producto es  el mejor, el único que reúne las condiciones que exige el cliente,   y los demás, los de  la competencia,   son malos, sin paliativos, no valen.  Bueno es que ya estamos acostumbrados a esos discursos categóricos de nuestros dirigentes, nos  pasaba  ya   con Franco que en paz descanse, que no, no;   en los que nunca escucharemos  alguna expresión que nos pueda a llevar  a dudar de la excelencia de sus propuestas o   de sus proyectos. Estos días estamos oyendo a los  señores de Podemos  declaraciones entusiastas adjudicándose el mérito de haber conseguido que  los próximos presupuestos  acojan un   aumento del salario mínimo hasta los 900 euros, con el mismo entusiasmo del que acaba de hacer un descubrimiento transcendental  del que nos vamos a beneficiar todos, pero jamás se les ocurrirá a ninguno  de sus dirigentes mencionar los inconvenientes que esta subida salarial, por otra parte muy necesaria, pueda originar, porque hay muchas cosas que también son necesarias,  pero que no se pueden llevar a cabo, sobre todo de una forma tan  brusca,  por la sencilla razón de que pueden dar lugar a un efecto contrario del  que se pretende lograr, es decir;  que la mayoría de la población salga beneficiada, algo que va a ser difícil de lograr en unos tiempos  en que lo fundamental es tratar de que las cifras del paro no sigan aumentando porque,  cuando se cierran empresas como Alcoa  y vecinas, ya no les afectan  estas medidas.

¿Cuándo se van a dar cuenta  de una vez nuestros políticos  que pocas cosas se arreglan con leyes y decretos?  ¿Cuántos más ejemplos de fracasos van hacer falta para demostrar que no es ese el camino?  SI esto fuera así;  Venezuela tendría que estar  fenomenal,  porque desde que  Chaves empezó  con el “exprópiese”,  no han parado de legislar pensando que todo lo podían solucionar  dando  órdenes  desde  sus despachos.  Triste y lamentable error. 

 Los salarios de los trabajadores  por cuenta ajena, como los beneficios de los autónomos y de las empresas, querámoslo o no, van de la mano,  aunque en principio son contrapuestos, ya que los beneficios de los empresarios   dependerá  en gran medida de los gastos  y dentro de éstos, los salarios son parte esencial, de ahí que necesitemos leyes que  traten de  encontrar el equilibrio entre las partes y  evitar abusos, pero al final,  tanto unos como otros,  van a depender más de la marcha de la economía en general, tanto a nivel nacional, como internacional, máxime en Europa, donde la mayor parte de las condicionantes nos vienen dadas, que de las ocurrencias de nuestros dirigentes políticos de turno que tan seguros están de sus propuestas. Pero ya digo,   estamos acostumbrados,  esto viene de atrás,  y no es  asunto de izquierdas ni de derechas, es de inteligencia, o mejor dicho, de su escasez,  pero ya nada nos sorprende, únicamente nos produce una  sensación  de impotencia, incertidumbre, pena y resignación. Simplemente. 

Existe otra razón poderosa para pensar que  Pablo Iglesias y sus socios no sean  los más indicados para promocionar esta subida del salario  mínimo, ya que, será por casualidad, mira tú, pero es que ellos son los únicos,  que yo sepa, que han fijado su retribución en base precisamente a ese salario, que lo cobran por triplicado, para ellos no rige el IPC,  ni gaitas,  por lo que esto quiere decir, que su nómina subirá automáticamente mas del 22%. Curioso.  ¿Verdad?  Sé perfectamente que este no es el motivo, porque, entre otras cosas, toda esta élite política va sobrada de “money” pero las cosas son como son y de consumarse el proyecto,  esto será lo que  suceda , aunque en principio,  para evitar el bochorno, supongo que proyectarán  alguna medida correctora, provisional, eso sí. .

Por poner un ejemplo casero;  es como si nos fijáramos  un sueldo referenciado al precio de las patatas en la Limia, por ejemplo en Sandíás. ¿Cómo te va la vida amigo Camilo de Dios? Y al mismo tiempo promocionamos que éstas suban  de pronto más de un 22%. 

Bonito, francamente bonito.  No va más.

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