Opinión

Besos

Detrás de dos de los besos más icónicos del siglo XX anida la polémica. Se trata de “Le Baiser de l'Hotel de Ville”, capturado por Robert Doisneau ante el Ayuntamiento de París en 1950, que realmente fue un posado, y el de Alfred Esenstaedt en el que un marinero besa a una enfermera –fallecida el pasado mes- en Time Square al conocer el fin de la II Guerra Mundial, y que hoy sería un ejemplo de una agresión sexual por cuanto los protagonistas no se conocían. Ahora hay otro que añadir a la colección de besos memorables. El de Adam Lancia, de 36 años, abrazando y besando a Jamey Jewells, de 27, ambos subidos a la silla de ruedas de ella después de un partido, tomada por el fotógrafo Ueslei Marcelino. En este beso no hay ni trampa ni cartón. Solo mucho cariño.
 

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