El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont dice que tiene planes de contingencia, así en plural, lo que significa que además de un plan b, puede tener un plan c, e incluso uno d. No se sabe en qué consiste cada uno de ellos y están bien ocultos hasta que sea preciso ponerlos en marcha con la pretensión de que no dé tiempo a intervenirlos y frustrarlos por jueces y policías. Pero hay quien tiene su propio plan de contingencia por si las cosas se ponen feas y no pueden votar: el autorreferéndum. Uno se imprime la papeleta, lleva una caja de cartón con una hendidura, se dirige al colegio electoral de la última vez, introduce la autopapeleta y la urna opaca se queda en la puerta amontonada a la espera de que den las ocho de la noche. Luego cada cual se recuenta su voto con el cien por cien de participación y de votos favorables a la secesión y ya pueden declarar la república catalana de su casa.
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