Opinión

Urnas

Para que un referéndum sea válido las papeletas han de ser introducidas en una urna transparente, en las que, como los magos, se pueda decir “nada por aquí, nada por allá” y que todo el que quiera pueda meter la mano para comprobar que están vacías. Por eso no sirven las urnas de cartón encargadas a las cárceles catalanas en las que se votó el 9-N. Eran las “cajitas” a las que se ha referido un líder de Podemos. El Govern catalán juega al escondite con el quién, cómo y cuándo proveerá y comprará las urnas de metacrilato. Si no fuera tan grave el asunto parecería hasta ridículo. Generalitat y Gobierno han entrado en un juego del ratón y el gato para ver quién es más astuto y engaña al otro. Que el asunto no ha tomado todavía dimensión internacional lo revela que en las casas de apuestas británicas todavía no se aceptan pujas sobre si se pondrán o no las urnas.  
 

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