Opinión

Menciones de antaño

Cada uno de estos párrafos está avalado por el singular desarrollo en su tiempo. Y con cada uno de ellos, con sus anécdotas y situaciones, se podrían llenar las páginas del periódico. No es la intención, sino sólo aflorarlas y que tu seas quien las memorice totalmente en consecuencia.


Caso del metílico (1963). La bebida de la muerte. Hizo temblar a la ciudad, donde residían varios de los “desalmados protagonistas causantes”. Un gran número de fallecidos y envenenados fue el resultado de tan horrendo desaguisado. Un luto colectivo.


El señor Mosquera de los zapatos. Este personaje lo recuerda mucha gente de aquella época. Tenía un comercio de calzado en el 22 de Lamas Carvajal. Atraía a los clientes él mismo. Enfundado en su larga bata color beige, estaba siempre en la puerta invitando a la gente a entrar en la tienda.


La tasca de la Guardesa. Regentada por la señora Carmen. Abierta las 24 horas, era donde se confundía la hora de la última copa de la noche con el primer café de madrugada. Siempre era un alto en el camino del personal de la Estación, entre tren y tren.


Concha, la del puro. Cocinera de la viuda de un militar. Fumando un gran habano asistía y era la primera forofa del C. D. Ourense. Destacaba en tribuna con sus continuos gritos contra los contrarios. “Soltaba tacos como un carretero”. Fue entrañable.


Aquella frase tan celebre (1968). Desde los “excelentísimos balcones” del Ayuntamiento… (Fue la mejor ocurrencia del regidor municipal, y continuó diciendo)… “doy la bienvenida a todos los “paragüistas” aquí presentes, que van hacer el descenso del Miño desde Los Peares, en estas fiestas”

La barbería de Linares (1960). En Progreso esquina a Reza, una de las más antiguas. El maestro era don Adolfo, heredada de su padre. Se decía que al mismo tiempo que se hacía un afeitado, se armaban grandes tertulias de toros, y cuando había horas libres hacían farolillos de papel para las fiestas, como complemento de ingresos.


Los 30 partidos ganados (1967). Lo recuerdan todos los futboleros. Era C. D. Orense en su liga de 3ª. Un récord no igualado en España. A pesar de todo, no ascendió.


O Toniño. Si en aquella época había un singular grito de guerra callejero, ese era el de “Hala Marcial, chulo valiente” lo vociferaba continuamente el voluminoso y estrambótico Toniño. La gente lo excitaba con ánimos y él “recuncaba”. Era un personaje genial.


Las maletas de madera. Pesaban más de lo que podían contener. A Alemania viajaron cientos de ellas que no regresaron, al ser sustituidas allí por las modernas de lona que los emigrantes traían al regreso.


Las misiones (1953). Las parroquias de la ciudad se llenaron de altavoces “invitando” (si o si) a acudir al centro misional. Me tocó el de Las Tapias. Duró aquello como 15 días. Cuando se acabó el ciclo salimos del sitio con la “mentalidad sosegada y la sesera limpia”.


Aquí os he dejado entonces, unos cuantos “apartes” de situaciones, y personajes de la veintena de años a partir de los 50 y que de algún modo, con su urbana peculiar popularidad, fueron contribuyendo a hacer historia en nuestra ciudad. Sólo quiero despertar vuestra retentiva por que se, que a quienes vivimos esa etapa nos resulta agradable memorizarlo. Y quienes nacieron después de esa época, no dejarán de sentir cierta curiosidad.

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