Opinión

Retazos de la historia del Jardín

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Pocos ourensanos conocen, o conocemos la historia de nuestro Jardín del Posío, y de sus circunstancias a través de sus 170 años de existencia; porque ni siempre ha tenido esa fisonomía, ni siempre fue dedicado a jardín de recreo propiamente dicho.

El Posío nació en en 1846 como iniciativa de la Cátedra de Física del Instituto, hoy Otero Pedrayo, y su inicial cometido fue la creación de un Jardín Botánico que dependería de la referida institución.

Para tal fin, tras acuerdo con el Concello se acotaron aproximadamente 15.000 m2 en cuadrilátero irregular, en un campo comunal ubicado en tal lugar; que ya llevaba anteriormente el mismo nombre, y que hasta aquella fecha servía de pastizal para alimento de ganado.


No he encontrado datos acerca de si fue ya en aquel momento o posteriormente, cuando se realizó el cierre perimetral, hecho con enrejado vertical de hierro en punta de lanza, sobre mampostería labrada, que era un lujo como vallado en aquellos tiempos, dando entrada al recinto a través de cuatro portones de hierro


Sabemos también que en el fondo, al sur, más o menos en la esquina donde nace la actual calle de La Coruña, había una ermita dedicada a la “Virgen del Posío”, que derruyeron para el trazado de las cuatro calles adyacentes; la imagen que albergaba la capilla hoy se conserva ubicada en una hornacina cercana a Las Burgas, cuando lo suyo era mantenerla en algún lugar dentro del recinto.

Durante su historia fue sufriendo diversas modificaciones en su fisonomía, pero por la diferencia de nivel de norte a sur, el recinto se concibió con buen sentido a tres plataformas. Hoy la zona norte se dedica a uso más infantil; el centro podríamos decir que se adecua a multiusos, y la parte de abajo más a floresta o arbolado.

Esta terraza, la floresta, que más tipificaba los esquemas de jardín y palmeral, estaba dotada de una “casita “ de servicios urinarios. Así como una jaula poligonal pajarera (lo único que permanece) ,y un rústico estanque de patos, gansos, pavo-reales, etc. Además flanqueaban los extremos unas esculturas de Francisco Asorey y Antonio Failde dedicadas a Xavier Prado y Lamas Carvajal en 1944. 

La última restauración que dio origen a su actual aspecto, se realizó en 1.988. No dejaron títere con cabeza. Y mi subjetividad dice que hasta perdió de algún modo gran parte del halo romántico que el Parque tenia; y sino que opinen los veteranos usuarios del recinto que lo recuerdan tal como original estaba.

Y menos mal que a través de cientos de cartas, los ourensanos manifestándose en contra, no se permitió al Sr. Veiga Pombo y su Corporación Municipal, en 1989, destruir el original palco de la música, como era su idea, para en su lugar ubicar el “gran escenario de un auditorio”. Hubiera sido una magistral cagada, que me supongo venia provocada por el furor del Concello para dar cabida y grandiosidad a los acontecimientos, Festival del Miño, conciertos, fiestas, etc. de la segunda parte de los años 50 y posteriores.

El pequeño jardín era ya, tal como estaba, el orgullo de los ourensanos definiendo una época, y no se necesitaba alteraciones con inadecuados cambios estructurales. (Aquí menciono la actual cafetería que resta espacio de uso común a los ourensanos.)

Un detalle curioso resulto ser en su momento, la concesión del Concello para construir un túnel que cruzaba desde el colegio Hermanos Villar, hasta el interior del Jardín, por el que accedían los niños al recreo. Parece como si por aquella época en la calle de Lugo hubiese tanto tráfico que fuese necesario de esta forma evitar algún atropello. Eso fue cercano a 1970.

Anécdotas aparte diremos que, a través de las décadas, el “Botánico” había ido perdiendo cualidad genérica, para incrementarse el uso del recinto por los ourensanos, que ajustaron muy bien las ideas de las tres superficies a sus necesidades.


Entonces, tal como estaba el recoleto y a la vez polivalente parque, fue sede de importantes eventos. Quiero destacar el que se llevó a cabo en el verano de 1955. La III Exposición Ganadera Agropecuaria e Industrial, inaugurada por José Solís Ruiz y promovida por quien era gobernador de la provincia, Pedro Ibisarte Gorria, en el que se exhibió, selecta ganadería y temas industriales de la provincia


Con el transcurso del tiempo, el Posío, en su terraza central, acogió además otros acontecimientos de carácter nacional, como fue el Festival del Miño que trajo a infinidad de personajes de diversa índole.

Se celebraban verbenas en las Fiestas Mayores… eso sí, previo pago de la entrada. También se utilizó en los años 40 como lugar habitual de gimnasia de la Sección Femenina del Frente de Juventudes; luego en las décadas de los 50 y 60, como cancha de patinaje, o celebraciones festeras, verbenas... como también partidos de hockey y baloncesto. 

Diría muchas cosas más, pero quiero no olvidarme del carácter romántico que por la época tenía el Posio. Estoy seguro que más de un ósculo furtivo, como comienzo de idilios amorosos, se realizaron en los atardeceres de “cualquier día”, tortoleando “cualquier pareja” sentados en “cualquier banco” de los circulares que abrazaban el tronco de “cualquier palmera”.

Pero de esa parte, la “romancesca”, os ofreceré unos flashes en un próximo artículo. Mi agradecimiento a los vecinos que promovieron el manifiesto en aras de la “Dignidad para o Jardín” de todos los ourensanos… Me parece un nuevo intento de los ínclitos rectores de sentar cátedra “escarallándolo” un poco más, aumentándole otros apósitos, después de los del 88.

El jardín fue parido así, y así es como ha de mantenerse en el tiempo, eso si con el permanente cuidado de mantenimiento y buen uso del recinto. Esa es la asignatura que falta a muchos por aprender. Respeto otras opiniones, pero esta es la mía.

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