Opinión

Teología de la violación

La "teología de la violación" es lo último del Daesh. Una idea propagada por ciertos imanes que promueve la agresión y violación a niñas y mujeres, como una fórmula bendecida por Alá para hacer la Yihad. Ya llevan tiempo poniéndola en práctica en Oriente Medio y otros sitios. No solo yihadistas, aquí en los Sanfermines también hay algunos no musulmanes seguidores de dicha doctrina.

Los sucesos de la plaza mayor de Colonia el fin de año pasado hicieron saltar las alarmas en Alemania, pero la cosa viene de atrás aunque los políticos hayan estado mirando hacia otro lado no fueran a ser tachados, ¡ah, no!, de xenófobos. Lo de mirar hacia otro lado siguen haciéndolo.

La confusión que hay en Occidente con esto es que no acabamos de asumir lo que somos en serio. La palabra laicidad es un ejemplo de eso. Es una palabra "light", descafeinada. Un quiero y no puedo. Los gobiernos occidentales modernos deberíamos definirnos como ateos y ponerlo en nuestras constituciones. Y aclarar que aunque respetamos que se practiquen ciertas creencias religiosas a título privado, no respetamos todas y mucho menos algunas. Es hora de decir que no permitimos, ni siquiera en privado, aquellas que van contra los principios de una sociedad civil en la que lo primero son los derechos de las personas, a los que nos costó miles de años llegar y que se reflejan en la Declaración de los Derechos Humanos. Ninguna religión ha puesto por escrito nada tan perfecto.

Musulmanes, judíos, católicos, mormones, niños de Dios, coptos, ortodoxos, budistas, protestantes, episcopalianos, pentecostales, cuáqueros, adventistas, cienciólogos, testigos de Jehová, anglicanos, luteranos. Y ¿por qué no?, también yorubas, santeros, animistas, chamanistas, satanistas, zoroastristas... ¿Qué más da? Son todas parecidas y lo cierto es que en muchas ocasiones, a la hora de la verdad resultan iguales.

¿Que usted es sij, no se corta el pelo y lo envuelve en un turbante? Genial. Usted haga lo que quiera. Eso sí, no pretenda formar parte de los bomberos de Nueva York porque no le cabe el pelo en el casco. Es de sentido común ¿no?

Contado así parece una broma, pero la realidad que da título a este artículo no es ninguna broma. Tal vez la religión musulmana fue buena un día, no lo creo. Lo que sé, y conozco a algunos musulmanes a los que por cierto aprecio, es que hoy es una religión invadida por la intransigencia y la ignorancia. Quizá por culpa de unos curas barbudos, pero también por culpa de quienes la practican honradamente pero, como nuestros políticos, miran hacia otro lado. Lo mejor para los musulmanes de bien sería que su religión se acabara. Todas las religiones se creen eternas pero en realidad son muy recientes. Muchas han desaparecido a lo largo de la historia, y más lo harán. El hinduismo tiene cuatro mil años, pero cuando apareció los humanos ya llevábamos doscientos mil viviendo en la Tierra. En el cielo no, claro.

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