Opinión

Crónica que ha de evitarse

Crónica del lunes 17/11/2014: Hoy, desgraciadamente, aún colean los disturbios que sucedieron ayer en las calles de Ourense, con ocasión de la polémica que nació dos días antes por la cancelación de la célebre carrera popular de San Martiño, que este año iba a cumplir su 38ª edición. El domingo pasado se había cerrado el plazo de inscripción para este evento, y 11.200 atletas, de los que aproximadamente 4.000 eran escolares, se habían inscrito en la carrera, en lo que habría constituido el récord de participación en esta celebérrima prueba. 

Recordarán que el viernes se había publicado con carácter de urgencia un bando municipal por el que se había cancelado la prueba; la versión oficial hablaba de la imposibilidad de garantizar la seguridad de los corredores, por la negativa dada por la plantilla de la policía local a la petición de trabajar ese domingo, para reordenar el tráfico rodado y cortarlo en las calles por las que iba a discurrir la carrera. Ante esa actitud, este consistorio, con el alcalde a la cabeza, y muy a su pesar, se ve en la ineludible obligación de cancelar la carrera de San Martiño, pues sobre todo debe primar la integridad física de los atletas, en especial de los más pequeños. 

Acto seguido, un portavoz de la policía municipal, en improvisada rueda de prensa, había criticado duramente ese bando, trasladando toda la responsabilidad por la anulación de la carrera al concello de Ourense: “No es cierto que la policía local no quiera participar en la organización de la carrera popular; estamos orgullosos de contar en nuestra ciudad con una carrera del prestigio de la San Martiño, y por eso llevamos muchos meses advirtiendo de este riesgo. Tenemos una plantilla muy deficitaria, y no se convocan nuevas plazas; los pocos que somos hemos cubierto con creces el número máximo de horas extraordinarias. ¿Qué quieren desde el concello, que vulneremos la normativa laboral? Ya pasó algo parecido el pasado día de la bici, y entonces lo advertimos: o se pone remedio por parte del departamento de personal del Concello de Ourense, o esto se va a repetir el día de la carrera pedestre. Y nada han hecho. No vamos a consentir que se nos eche la culpa de una situación en la que también nosotros somos víctimas de la improvisación y terquedad del gobierno municipal”. 

Sea como fuere, lo cierto es que en el día de ayer cientos de corredores, indignados, se manifestaron a lo largo del recorrido tradicional de la carrera, llevando a cabo un simulacro de la misma; esta, para algunos, temeraria conducta provocó no pocos incidentes de tráfico; incluso hubo que lamentar dos atletas heridos por la embestida de un conductor que perdió los nervios al ver cortada por los corredores una de las principales arterias de la ciudad. Por otro lado, enfrente del pabellón municipal se congregaron muchos padres acompañados de sus menores, que lloraban por no poder participar en la carrera de escolares y pitufos. La indignación de estas familias era evidente y absolutamente comprensible. En cualquier caso, ayer fue un día muy triste para el atletismo popular, y por qué no decirlo, para toda la ciudad. El prestigio ganado a lo largo de las treinta y siete ediciones anteriores se ha tirado a la basura. ¡Qué pena!

Lo anterior es crónica ficticia, pero no imposible. Hoy es 20 de octubre, queda menos de un mes para que llegue el día de la carrera (16 de noviembre). Voces autorizadas hablan de que está latente el conflicto entre Concello y Policía local. Y parece que no se pone coto a ese riesgo; no es descabellado pensar que se pueda dar esa situación que los vecinos de Ourense no nos merecemos. ¿Estamos a tiempo de garantizar la carrera de San Martiño? Supongo que sí. Pero hay que ponerse a trabajar desde ya.

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