Opinión

Ministro en Babia, y no pasa nada

Si yo de repente tuviera alas podría ser un pájaro. Parece una solemne idiotez, pero se pueden decir muchas más tonterías en muy corto espacio de tiempo. Y es que, así a vuelapluma, si no hubiese atracadores de bancos no harían falta cajas fuertes, guardias de seguridad ni videocámaras de vigilancia; si no existiesen delincuentes callejeros sobrarían las patrullas de policías por las ciudades; si no se cometiesen delios sería innecesario un código penal, qué digo, quedaría hueco de funciones el trabajo de los jueces del ámbito penal. Si todas las empresas cumpliesen fielmente con sus obligaciones en materia de afiliación, cotización y seguridad y salud de sus trabajadores, para qué iban a servir las visitas de los inspectores a los centros de trabajo. Si no hubiese el constante peligro de ataques informáticos a sectores estratégicos, no haría falta gastar ingentes cantidades de dinero en prevenir tales ciberataques que pueden poner en jaque al mundo entero. Y si todos, absolutamente todos fuésemos un dechado de bondad, honradez y entrega al prójimo, bastaría la propia ética y sentido del deber para quedase perfectamente regulada nuestra convivencia en sociedad, sin necesidad de imponernos leyes sancionadoras ni delegar en una autoridad el poder de juzgar y castigar. La Arcadia feliz. Qué bonito, y a la vez qué estúpidamente ingenuo es pensar que esto es posible. Y sin embargo aún hay algún que otro dirigente que, bien pecando de ingenuo (lo dudo), bien para salir del trance sin asumir culpa alguna por su gestión chapucera (esto va a ser), nos regala una explicaciones que solo en aquella Arcadia podrían ser convincentes. 

A lo mejor les suena algo llamado LexNet. Es un sistema telemático para las notificaciones entre los juzgados y los profesionales (abogados y procuradores), que en teoría trata de agilizar el proceso judicial y minimizar el uso de papel. Hace pocas semanas un fallo en el sistema permitió a cualquier usuario del sistema acceder al expediente judicial que quisiese en todo el territorio, sin necesidad de ser un hacker consumado; bastaba un simple truco para conseguirlo. Quedaron entonces al descubierto los expedientes en procesos de corrupción política, agresiones sexuales, homicidios, divorcios contenciosos, estado civil, invalideces…El derecho a la intimidad y a la protección de datos personales saltaron hechos añicos por los aires por una negligencia del Ministerio de Justicia. Esto ocurrió en realidad y tuvieron que ser unos colegas de profesión los que alertasen al ministro del gravísimo fallo en el sistema de seguridad que se había producido. Era lo procedente y sensato. Pero tras esa inicial advertencia para que se reparase cuanto antes el fallo, tocaba pedir explicaciones de lo sucedido y de si se había reparado el daño, y en último caso exigir las responsabilidades oportunas. Pero hete aquí que no contábamos con la inocencia del ministro Catalá, quien ayer, como última explicación sobre lo acontecido, publicó este encantador tuit: «LexNet es un sistema cerrado y seguro. Si se utiliza de forma legal y ética es imposible acceder a información ajena al usuario». Qué bello todo. Es como si nos dijesen «oigan, si ustedes me prometen ahora no beber y no rebasar los límites de velocidad, retiraremos los radares y los controles de alcoholemia en las carreteras». Y así quedó arreglado por el ministro el mayor fallo informático de nuestro país: seamos buenos y todo irá sobre ruedas; no caigamos en la tentación de cuchichear en el expediente del vecino. Gracias, señor ministro, no sé cómo lo habríamos conseguido sin usted. Y de paso le felicito por su ahorro en prevención de ataques informáticos. Siga disfrutando sus vacaciones en Babia.

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