Opinión

Encruzilhadas, la mirada reflexiva de Mónica Oliveira

Trae la artista nacida en Porto, capital hoy de la Galicia al sur del Minho, una propuesta escultórica elegante y sugerente a la par desde la reflexión ontológica personal. Es el suyo un decir plástico desde el hierro con pátina monocroma trabajado con radiales, soldaduras y láser, como señala Javier Blanco, profesor del Campus, curador de la exposición. Para esta primera muestra en Ourense, que llega dentro de ‘Estado Crítico3: 10Curador*s 10artistas’, proyecto del crítico y profesor Xosé Manuel Buxán, propone un diálogo plástico desde subyugantes piezas, ya en relieve, ya en bulto redondo, con dos líneas de pensamiento que abren su compás a un discurso en clave de simbolismo. Los sobres que coloca en las paredes, evocan noticias, haciéndonos pensar en una casa habitada, domicilio para unas personas, morada para otras, remitiéndonos a una presencia humana relacional. Las novedades van, o llegan, se mueven desde la escritura en el papel de la tarjeta postal, apenas un pequeño espacio para decir, con mensajes escritos en los soportes, sonho/viagem, segredo/desvendado, dípticos sutiles como ráfagas-secuencias que se explican por oposición o como un continuum. En memórias/cheguei, hace una concesión a la historia al incluir un sello con Santa Isabel Raínha, y el precio en escudos, elemento que nos conecta el pasado reciente. La ruptura de la armonía de la serie queda compensada por el significativo enriquecimiento iconográfico. Esta línea expresiva se contrapone a la otra, de iconos-casa, islas de lo estático, insertas en jaulas. Quiere la artista analizar este mundo desde la comunicación, desde las casas ‘sem identidade, sem fenestras e sem portas’, encapsuladas entre rejas, desde las que, con la net, nos relacionamos con el mundo, de manera inalámbrica, a través de Smartphone, consolas, y pc’s. Es la búsqueda ‘dum espazo que talvez non achemos’. Los sobres son así el mundo que estamos perdiendo, con todo lo que supone de historia personal en el tiempo, caligrafía y papel, también matasellos y sellos, incluso la elección de la tinta, lo que le da a la comunicación un marchamo expresivo lleno de sutilezas...

Es Encruzilhadas una mirada inteligente y reflexiva, creadora, también reveladora de Sandra Mónica Figueiredo de Oliveira. Doctora en Artes Plásticas por Salamanca, tras haberse licenciado en su Universidad de Porto, por la que es asimismo post doctorada en Educación Artística, campo central de su investigación desde las artes plásticas y la pedagogía. Es el suyo un camino fascinante pues como artista tiene la posibilidad de transformar en algo real lo que bulle en su cabeza, objetos perceptibles transmutados en símbolos. Luego, al presentarlos en sociedad, puede seguir su estela desde la educación artística y la cultura visual. Las formas plásticas que Oliveira ha ido creando desde hace más de una década, y ha revisado para nosotros, responden a su camino vital de artista, docente comprometida y madre, en un todo inseparable. La vida es en esencia movimiento, todo existe una única vez, y lo nuestro es seguir la senda, marchar hacia delante. Aquella está aquí, en el Jardín, dónde los senderos siempre se bifurcan... Toda encrucijada es una oportunidad para la elección.

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