Opinión

900 días para hacer algo

A partir de hoy a los alcaldes gallegos les quedarán 900 días para convencer a los ciudadanos de que su gestión ha sido caralluda.Y de norte a sur o de este a oeste se ha pasado el tiempo haciendo que se hace, cambiando el nombre de las calles que ya estaban en el papel cambiadas o excusándose en las trampas de la minoría para intentar convencer al personal de que se ha intentado hacer. La gestión municipal, excepto en Vigo, con la mayoría absoluta de Abel Caballero, y en Pontevedra, con la incontestable gestión de Fernández Lores, ha quedado resumida en política de notas de prensa. Vigo y Pontevedra tendrán que asumir cuando lleguen las elecciones su mando en plaza, aunque a Lores lo avalan premios y más méritos por oxigenar una ciudad que estaba a punto de palmar.  

La rebeldía de los concellos de A Coruña, Santiago y Ferrol, según población, no ha demostrado mucho más que les falta un tiempo de cocción para poder manejar con solvencia el bastón de mando. En Lugo y en Ourense, socialistas y populares, tampoco han demostrado que tengan iniciativas novedosas más que la inercia para que su gobierno en minoría continúe a flote. 

Y si en este tiempo no se ha hecho nada reseñable, también se podría dar por buena la teoría de que todo seguirá parecido hasta las próximas elecciones municipales. Un colega acude cada semana a ver a su hermana enferma de Alzheimer para que no se olvide del cariño familiar. "¿Te reconoce?", le preguntó un amigo interesado por los progresos. "No, pero le pego unas voces con las que al menos mueve la cabeza", respondió. 900 días son muchos y caerán un reguero de imputaciones que desestabilizarán aún más los gobiernos locales. Habrá voces y quizá ni muevan la cabeza.

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