Opinión

Atravesar Galicia a 30

Aunque el Congreso vote a favor de transferir la AP-9 a Galicia, parece inevitable que en enero nos asesten otro navajazo en el peaje a cargo de las obras en Rande y Santiago y la gratuidad de la vuelta entre Vigo y Pontevedra. Un coruñés ya se funde casi 60 euros en autopista y combustible para acabar deslumbrado en 'Vigoluz' por Navidad, por lo que también es previsible que para abaratar el desplazamiento se recurra cuando no hay prisa al alivio por vías secundarias siguiendo la lógica del transportista. 

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció que la DGT reducirá el límite de velocidad en las calles de un carril por sentido de todos los municipios españoles a 30 kilómetros por hora y a 90 en las carreteras convencionales. Argumentó durante una conferencia internacional en el Congreso sobre seguridad vial que "está demostrado que el riesgo de fallecer en un atropello se reduce entre cinco y ocho veces cuando la velocidad de impacto con el peatón pasa de los 50 a los 30 kilómetros por hora". Y si el coche está parado o casi, el riesgo de diñarla es mínimo, aunque es mejor no jugar a los bolos para comprobarlo. Con la dispersión de Galicia, o pagas o recorres gran parte del trecho a 30. Que el ministro insista en que no es una decisión "unilateral", sino que lo han solicitado "ciudades como Madrid, Bilbao, Zaragoza, Málaga y Valencia, así como asociaciones de víctimas de accidentes", indica que no quiere que lo responsabilicen de una medida innecesaria por aplicarse ya en muchas ciudades en función de si hay  un colegio, un hospital... Habrá que ajustar los horarios y las frecuencias de los buses porque circularán más lentos y las carreras en taxi serán más caras.  Mientras, la vida corre. 

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