Opinión

Bulo, si lo tragamos

El Gobierno ha activado una unidad para combatir bulos y ciberataques durante esta temporada electoral, aunque ya reconoce que es como adentrase en el océano a pescar con la mano. Los robots informáticos son capaces de sementar noticias falsas a una velocidad sin que todavía ningún programa detecte la trampa con fiabilidad. La preocupación se entiende, aunque pueda parecer que se contempla al ciudadano desde la soberbia intelectual. Las "fake news" cargaron con la culpa de la victoria de Donald Trump en las elecciones a la Casa Blanca. También sirven de biombo para los que no quisieron ponderar la conveniencia de Hillary Clinton como candidata. Un mensaje en una red social puede espolear el arrebato en un momento determinado, pero votar es un acto reflexivo que exige el esfuerzo de moverse. Otro asunto es que se vaya a votar a favor o en contra.

PP y Ciudadanos solicitaron a la Junta Electoral la suspensión de las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros para evitar mítines a favor del candidato Pedro Sánchez. Como es lógico, el lamento no fue escuchado y está por ver el impacto positivo de tan curioso gesto, incluso en tropa propia, pero al menos Pablo Casado tendría que saber que rendir cuentas de la reunión del Ejecutivo no garantiza el voto. Ni el Consejo de Ministros celebrado en A Coruña tras las catástrofe ecológica del 'Prestige' ni el publicitado Plan Galicia consiguieron mantener a Manuel Fraga en la Xunta. Ayer se cumplieron 15 años de los atentados yihadisyas del 11-M en Madrid. Aznar señaló a ETA para que la masiva respuesta contra la guerra de Iraq no lastrase las posibilidades del favorito Rajoy y el ciudadano se giró hacia un inesperado Zapatero.

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