Opinión

Ciudadanos al tren, galegos también

Acabaremos inaugurando con solemnidad el día que ya no se puede inaugurar. Como desde ayer han quedado prohibidas las inauguraciones hasta que pasen las próximas elecciones, la peña que está gobernando aprovechó para cortar la cinta a lo que ya se tiene en mano o a vestir de buenas intenciones los proyectos que quedan pendientes. A los que están en la oposición no le queda más remedio que la lícita protesta por el chalaneo electoral, porque sólo el que está ligero de piedras puede hablar de pecados por actos propagandísticos. El que pisa moqueta acostumbra a olvidar la prédica. "Es el juego electoral", apuntó el portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy.

Alberto Núñez Feijóo lleva casi una treintena de inauguraciones en poco más de mes y medio. Habría que celebrar comicios cada poco tiempo para que entren las prisas. Veintitrés años después de que comenzase a operar la primera línea de alta velocidad en España, los 132 kilómetros que separan Vigo de A Coruña se podrán recorrer en 70 minutos. Es a ritmo del coche de Fernando Alonso, pero más se ha tardado en acelerar el paso de un servicio necesario y urgente. En la foto estaban el presidente de la Xunta, la ministra de Fomento, Ana Pastor, presidentes de diputaciones y los alcaldes que fueron recogiendo durante el trayecto de prueba. Nadie quería perderse la instantánea. Tampoco el socialista Abel Caballero, que no acostumbra a malgastar una ocasión para recordar o atribuir el mérito del Concello vigués.

Lugo y Santiago también están un poco más cerca por carretera al estrenarse los primeros tres tramos de la autovía A-54. Son 23 kilómetros. Llegan tarde y el final no parece estar cerca, pero como para no saludar cada metro... Al PPdeG estas obras también le han servido para desbaratar las opciones de que Ciudadanos, lideraros por Albert Rivera, le birle un buen puñado de votos. En su programa económico elaborado por el economista Luis Garicano propone paralizar la inversión del AVE a Galicia, como también piensa UPyD de la alta velocidad. Podemos se decanta por una moratoria y ofrece al PSdeG una rendija por la que zurrarle. Ciudadanos al tren, decían en Monforte. ¿Podemos los galegos subir también?

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