Opinión

El coche va solo...

El 16 de octubre de 2013 este chófer de anécdotas escribía en este folio: "La pregunta es sencilla y casi a modo de chiste: en el caso de que se agarre una buena cogorza y esté cenando con Feijóo, Méndez Romeu, Beiras, Jorquera y Stevie Wonder, ¿a quién le dejaría las llaves del coche?". La cuestión venía a cuento de un debate sobre el estado de la autonomía, pero a veces el tiempo disipa las dudas sin dar opciones de réplica.

Han pasado más de dos años. Nada de terquear con el "tranquilos que controlo, conduzco yo" ni de pelear por las llaves. El coche va solo. Dentro de un tris sólo habrá que ordenar: "A casa por el camino sin curvas". Hay momentos que marcan la historia de una tierra. El de ayer tiene muchos boletos para entrar en los libros de efemérides. El primer viaje de un coche sin conductor salió de la factoría de PSA Citroën de Vigo y llegó a Madrid. En la investigación del vehículo inteligente colabora el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) con sede en O Porriño; ayer la empresa y los sindicatos mayoritarios firmaron el convenio colectivo hasta 2019. Cualquier cargo político que tuviese la oportunidad se subiría al juguete para dejarse conducir por un programa informático. Incluso sin que sonase la música de la campaña electoral. Lo hizo el presidente Feijóo acompañado de su conselleiro de Economía hasta A Cañiza; la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría saludó la llegada del ensayo tecnológico en la fábrica de Madrid.

En Galicia ya no sólo se trata de estar en el tinglado tecnológico, sino de una necesidad capital por todos los paisanos que se equivocan en la entrada de la autopista. O eso dicen cuando los para una patrulla de la benemérita. En el 2007 la Guardia Civil interceptó a un tetrapléjico que había recorrido diez kilómetros por la autopista de Ferrol a As Pontes para ir "a echar un quiqui" en una casa de putas.

El coche puede ir solo, pero alguien tiene que arrancarlo. Y si nos ponemos en el caso de que estamos piojos y, como sucederá el 20 de diciembre, hay que prestarle las llaves del coche a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera o a Stevie Wonder, desearíamos que el coche inteligente estuviese aparcado en la puerta del garito y le pudiésemos ordenar: "A casa por el camino sin curvas".

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