Opinión

"Como un chino, pero en Zahara"

En mayo todos le animaron a aceptar un trabajo en la costa gaditana. Recién separado, sin churumbeles que lo amarrasen y con la prestación por desempleo aproximándose a la fecha de caducidad, un colega había acudido al rescate ofreciéndole curro en un bazar en Zahara de los Atunes. Consultó su decisión en el abrevadero y sólo aparecieron ventajas. Pasaría el verano rodeado de la farándula con flamenquito de fondo en una localidad en la que el personal se deja los ahorros del año por pasar una quincena, incrementaba notablemente las posibilidades de ligar y además se olvidaba de servir mesas a clientes no siempre agradecidos para despachar cachivaches, actividad que le traía buenos recuerdos por las temporadas que pasó recorriendo las verbenas gallegas vendiendo pulseras de cuero.

Y se plantó en Zahara de los Atunes con el propósito de quedarse a vivir, como había comentado con el jefe, después de los meses de prueba en los que le cedería una habitación porque con la soldada de invierno no se puede costear un alquiler de verano, a no ser que se asuma el riesgo de acabar en el caldero por completar el salario trapicheando con sustancias ilegales. Tres meses y medio después regresó al abrevadero con un tono de piel opositor y los ánimos bastante más al sur que cuando emprendió el viaje hacia una vida de guitarreo rumboso y puestas de sol en el mar de Andalucía. "Han sido los peores meses de mi vida. Trabajé como un chino, pero en Zahara", comentó con retranca antes de que le preguntasen. Y la comparación con los chinos está bien tirada porque los profesores de la contraria se sorprenden por nuestro horario laboral, las vacaciones y la prestación por desempleo. 

Él trabajaba de lunes a sábado de diez de la mañana a once de la noche, despachó a algún famosete para contar la anécdota, pero cuando cerraba la tienda el cuerpo ya no estaba para mucha copla, ni siquiera los domingos. El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, anunció ayer que "la próxima EPA reflejará una creación de empleo muy intensa". Y está bien el dato, pero una de cada tres contrataciones que se hacen en Galicia es por menos de una semana. No hay que ir a Zahara para sentirse como en China. 

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