Opinión

Día del libro

Ni Cervantes ni Shakespeare palmaron el 23 de abril de 1616 ni el libro es feliz en su día internacional por mucho que se quiera cacarear. Que el universal y famélico manco la palmase el día antes y fuese enterrado el siguiente; y que el genial dramaturgo y poeta inglés se marchase con la letra a otra parte el 23 de abril del calendario juliano (3 de mayo del gregoriano), después de una cogorza mayúscula, es una anécdota 'coñera' para comentar en la tasca mientras se brinda a la salud de estos dos gigantes de la literatura. Y mucho se ha discutido sobre la fecha. Leerlos sería pedir demasiado, a no ser que en las bibliotecas y en las librerías se acabe despachando vino.

Llega el 23 de abril y a casi todos se nos va la mano al teclado con felicitaciones en las redes sociales ocurrentes en vez de llevarla al bolsillo para invertir en un producto imperecedero e imprescindible. La idea de celebrar el 'Día del Libro' fue parida en 1923 por Vicente Clavel Andrés, un respetable pero humilde escritor y editor valenciano, consiguió ser internacional y propicia que el tieso negocio de las librerías siga en pie aunque tambaleándose como Shakespeare en una buena noche de farra.

El año pasado cerraron en el Estado 912 librerías, 443 más que 2013, según el Mapa de las Librerías de España. Apuesten su biblioteca a que la cifra sigue creciendo al finalizar 2015 y no la perderán. En el conjunto de comunidades existen 3.650 librerías, 7,8 por cada 100.000 habitantes. En Galicia, la cifra es de 395 establecimientos dedicados al saber, 14,4 por cada 100.000 habitantes, y aunque el ratio dobla a la media nacional, no quiere decir que sea una época dorada para unos libreros más devotos que avariciosos.

Hace un par de semanas, un colega que regenta un garito soltó con todo el descaro que pasaba de comprar el último libro de este chófer de anécdotas porque lo descargaba por la cara en internet. Se quedó sin cobrar las consumiciones por la piratada o quedaron a cuenta de los derechos que el autor jamás cobrará. Ayer el tipo tuvo el atrevimiento de felicitar el Día Internacional del Libro en el muro de su local en las redes sociales.

Que cada día sea el día del libro, que cada libro encuentre un lector.

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