Opinión

Dicen que nos va bien

 Cómo te va?", preguntó el señor Juan al mozo que acababa de llegar al abrevadero. "Pues no muy bien, se me está acabando el paro y no encuentro trabajo", respondió mientras contaba las monedas para sacar tabaco. "Chaval, estás muy equivocado", le reprochó con el aplomo de las canas. En la tasca el personal levantó la oreja para no perderse la conversación. "¿Muy equivocado por no encontrar trabajo, porque se me está acabando el paro o porque creo que hoy no tengo para tabaco?", añadió con sorna el joven después de dar por finalizada la búsqueda en sus bolsillos. "Cuando alguien te pregunte cómo te va tienes que decir muy bien siempre. Si contestas mal, regular o tirando, el enemigo se alegrará", prosiguió el señor Juan a la vez que le tendía un cigarrillo. "Pero siempre queda el amigo", replicó. "Al amigo le importa tres carajos que te vaya mal. Hazme caso y no des pistas", sentenció con la autoridad de los años. 

La clientela continuó unos minutos en silencio, como si le costase procesar la reflexión. "¿No estará a sueldo de la Xunta", comentó una chica que acunaba a un bebé. "Si le parece a mí me va también estupendo...". Su padre falleció hace un año dejándola sola y sin brújula en este mundo lleno de curvas traicioneras. Su pareja se dio el piro nada más enterarse de que la había dejado preñada, pero decidió tener la criatura e intenta ponerle la cara buena a las dificultades, aunque es consciente de que las va a pasar canutas para salir adelante. "Otros están mucho peor", zanjó el señor Juan al comprobar que la conversación ya no seguía el guión que había previsto. Y tiene gran parte de razón, pero eso no significa que haya que resignarse y aplaudir el mensaje que nos quieren hacer tragar a palo seco. 

"No te signifiques", aconsejan los mayores, pero la peña ya no está dispuesta a seguir la rodera detrás del palo porque ya no hay zanahoria. Las viejas y cansadas estructuras políticas han entrado en estado de pánico al comprobar que está fermentando un cambio de rumbo. Hasta el BNG muda por primera vez el nombre y concurrirá a las elecciones con el apellido Asembleas Abertas para escenificar la incorporación de la ciudadanía. En el PP, siempre obedientes, ya hay dirigentes que exigen que se largue ya a Rato porque no van nada bien.

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