Opinión

El ciudadano Paco

Se anuncia la participación de Francisco Vázquez en un acto de Ciudadanos con Albert Rivera en A Coruña y la imaginación se dispara en la cotización de lo improbable. El exacalde coruñés estará en un coloquio abierto al público el próximo martes, como sucedió en un tinglado parecido con motivo de la campaña de las elecciones europeas de 2014, que vaya a ser el candidato de la formación naranja a la alcaldía se acerca a lo imposible. "Paco no es tan tonto. Si de verdad tuviese posibilidades de  ganar, igual se lo piensa, pero él ahora sólo necesita algo de protagonismo para sacudir el aburrimiento". Esta reflexión de un coruñés que condimenta todas las salsas se aproxima a lo que Francisco Vázquez cuenta a sus allegados. Como no es tonto, sino muy listo, culto y pillo, es consciente de que tiene más pasado que futuro y, aunque ya no milita en el PSOE por diferencias sobre la concepción territorial de España, tampoco dará un paso en falso que permita a la historia señalarlo como un chaquetero al estilo de Rosa Díez.

Antes del actual arrebato electoral iniciado con la proclamación de la exconselleira Betatriz Mato como candidata al sillón de María Pita a modo de verbena celebrada a pocos metros de la casa del exregidor, que también da nombre a un tramo del paseo marítimo, otro influyente coruñés bienintencionado alertó a este chófer de anécdotas de que no descartase la presencia de Paco Vázquez cerrando las listas del PSOE. El gesto sería brutal. Sumaría votos, porque aún queda algún nostálgico de su época y también algún favor por cobrar, pero ya no multiplica apoyos como para pensar en el regreso a María Pita.

Esta posibilidad parece también descartada, incluso antes de que el PSOE se depelleje en unas primarias con cuatro candidatos a ser candidato. Paco Vázquez espantó ayer el tedio predicando en el programa de Carlos Herrera en la Cadena Cope sobre la reunión de la vicepresidenta Carmen Calvo en la Santa Sede en la que se abordó el traslado de los restos del dictador Franco. Fueron diez minutos de política quemada en los que incluso criticó que la vestimenta de Calvo "no fuese apropiada y una estética bastante discutible". Queda el ciudadano Paco, para escucharlo o para echar unas risas cuando necesite protagonismo. 

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