Opinión

El timo de la AP-9

Dice el presidente Feijóo que mientras Audasa no termine la ampliación de la AP-9 no es partidario de subir los peajes, como reclama la empresa concesionaria tras un ejercicio en el que metió en el peto de sus accionistas un beneficio de 45 millones de euros. Argumenta que el incremento del rejonazo al ciudadano a cambio de la mejora de la autopista fue pactado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que los acuerdos se firman para cumplir, aunque él no tuvo el menor reparo en tumbar el concurso eólico aprobado por el bipartito tan pronto se sentó en San Caetano, aunque ese es otro asunto, y se presupone que el político que llega al poder lo hace para corregir errores anteriores. Además, puede predicar lo que quiera sobre el principal vial del país que preside; mientras el Gobierno central se niegue a aprobar el traspaso de las competencias como solicitó el Parlamento gallego, el que decide es el Ministerio de Fomento. 

En el timo a los gallegos con la AP-9, una de los tres autopistas del Estado cuya concesión llegará a los 75 años si no deciden prorrogarla, hay muchos responsables. El levantamiento de barreras previsto inicialmente para el 2012 fue en 1994 aplazado por el PSOE de Felipe González hasta 2023 y en el año 2000, el Gobierno de José María Aznar lo elevó hasta 2047. Todos ampliaron la concesión en contrapartida a respectivas ampliaciones de la autopista pero, con una calculadora en la mano o incluso haciendo la cuenta con los dedos, resulta que el negocio ha sido ruinoso para Galicia y para la empresa un chollo. Desde 1972 disfruta de una exención del IBI del 95%, prebenda que quieren corregir 15 concellos de A Coruña antes de que concluya el plazo en 2013. Por la supresión del peaje de Rande y a Barcala, la concesionaria recibirá de todos nosotros 400 millones durante 40 años. Nada es gratis. Sigamos con la cuenta. Si la ampliación de Rande se calculó en 170 millones de euros, con unos beneficios de 45 millones de euros como los del curso pasado, en cuatro años habrá pagado la obra y le sobrarán 10 millones. Al ciudadano, en cambio, recorrer los 177 kilómetros que separan Ferrol de Vigo le cuesta en peajes 17,45 euros, casi un euro cada diez kilómetros. Y no hay alternativa. O apoquinas o te quedas en casa. Somos demasiado generosos o pardillos. 

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