Aunque parece que se han terminado las campañas electorales en las que se prometían fastuosas obras sobre plano, la cercanía de la cita con las urnas engorda las buenas intenciones más que las manifestaciones por numerosas que sean. Los funcionarios de la Xunta se pasaron muchas horas protestando por la paga extra que se les retiró en 2012 mientras Feijóo celebraba la reunión semanal con sus muchachos en San Caetano, pero el descontento llegaba con sordina a la sala en la que se toman las decisiones.
Pero chico, en enero pasado Hacienda devolvió a los 55.000 empleados públicos del Estado en Galicia el 25% del importe retenido, y la Xunta decidió abonar en la nómina de ese mes 170 euros a sus 94.100 funcionarios. El Gobierno gallego prevé reembolsar en abril otro tanto para llegar al porcentaje estatal. La medida está previsto que se implemente a un mes de las elecciones muni- cipales. El líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, criticó ayer que "la devolución incautada a los funcionarios se haga tarde, mal y a rastras". Aunque no le falta razón, sobre todo para los que tienen la potra o el mérito de estar en nómina de la Administración, también convendremos que para el PP esta pedrea llega en hora para intentar arañar algún voto.
Una organización nada sospechosa como Cáritas ha vuelto a advertir de que más de medio millón de personas en esta tierra de una fertilidad pasmosa se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. Quizá ahora que embocan la campaña los que mandan y los que aspiran a hacerlo se den cuenta de que no se puede vivir de limosna. La conselleira Beatriz Mato anuncia un incremento de 6 millones para la ayuda a domicilio de personas mayores. Elecciones todos los días.
