Opinión

¿Es Galicia o la mecedora?

No creo que Luís Villares tenga problemas para ganar la votación, pero todo esto causa desafección", confesaba ayer un informado militante de En Marea. El ruido de cuchillos que precede al decisivo plenario de hoy en el que tendrán que marcar las coordenadas sobre las que pivote su acción política, la organización interna y la financiación o la pasta que cobran sus cargos no garantiza unidad en la formación rupturista.

Aunque hay que valorar la transparencia con la que ventilan sus diferencias, la torpeza en algunas declaraciones desapasiona a los simpatizantes a granel que sólo se manifiestan cuando toca ir a votar. Jorge Suárez, alcalde de Ferrol, confía en que a partir del plenario "esto cambie y se llegue a un entendimiento para que se pueda hablar de los problemas reales de la gente y no de nuestras cuitas internas". Por sus palabras se puede inferir que hasta este momento no se han preocupado de la peña del común, aunque no habrá medido sus declaraciones o el periodista de la agencia que las recogió se habrá equivocado. Porque los culpables de transmitir una imagen de "guerracivilismo" en vez de "oportunidad de acercar posiciones" son los "medios", según Suárez. 

Anteayer cuatro de los cinco diputados de En Marea en el Congreso pasaban de un gesto de rupturismo radical como el de rendir cuentas en el plenario. La incapacidad para defender los intereses del pueblo que los ha elegido es tan notoria como la de los representantes populares y socialistas por Galicia, según se ha visto en el reciente chalaneo de los Presupuestos Generales. Un solo diputado de Nueva Canarias consiguió rascar 200 millones al Gobierno de Rajoy. Ayer cambiaron de opinión gracias a un cambio de horario, dicen, y después de las críticas de Villares. Compramos que fue un malentendido. 

Los fundadores de un proyecto casi nunca acostumbran a ser generosos con la evolución de la criatura porque creen que les pertenece y los hijos son del mundo. Anova, Esquerda Unida, Marea Atlántica y Podemos –según orden alfabético– consiguieron con una candidatura contrarreloj convertirse en la segunda fuerza política de Galicia. Ahora tienen que demostrar si el proyecto es Galicia o querían una mecedora. Beiras sigue teniendo la palabra.  

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