Opinión

Dos estrellas, una bandera

Jugó la Irmandiña en Riazor contra Venezuela, la 'estreleira' ondeó en las gradas, Alberto Núñez Feijóo soportó sin inmutarse desde el palco algún cántico cargado de mala leche, sobre todo por las fotografías con el narcotraficante Marcial Dorado, y cuando el árbitro señaló el final del partido, los 18.000 espectadores que presenciaron el regreso de la selección galega abandonaron el campo lamentando el empate por lo que los dos equipos habían demostrado en el campo. Hablando de fútbol y no de política.

Marcó el céltico Iago Aspas, corrió a abrazarse el deportivista Lucas Pérez, aplaudió Riazor a un futbolista del eterno rival. A veces el fútbol es capaz de regalar momentos que pueden servir de guía o inspiración. Celta y Dépor, Dépor y Celta abrazados bajo la misma bandera. Dos estrellas. También hubo reventa como en cualquier acontecimiento deportivo, Riazor entonó a una sola voz el himno de Galicia que interpretó Rosa Cedrón, en el descanso se disputó una exhibición de la selección de fútbol gaélico y con la salvedad de algún reproche al presidente Feijóo, el comportamiento de la afición resultó ejemplar. Suele suceder cuando un delegado del Gobierno como Santiago Villanueva no actúa con torpeza y anuncia días antes que él no prohibiría la entrada de la 'estreleira' en el estadio como intentó su homóloga madrileña con la 'estelada' catalana durante la celebración de la final de la Copa que el Barcelona ganó al Sevilla en el estadio Vicente Calderón.

Y quizá fue así porque el partido lo organizó la Federación Galega de Fútbol que preside el popular Rafael Louzán, capaz de dar subvenciones a Galicia Bilingüe durante su etapa al frente de la Diputación de Pontevedra como de recuperar la Irmandiña, que regresó al campo con el Gobierno bipartito y fue suprimida por Feijóo amparándose en la austeridad. Acudió el presidente de la Xunta al palco. También lo hicieron Xulio Ferreiro y Martiño Noriega, alcaldes de A Coruña y Santiago, respectivamente, pero ante una ocasión de esas características sería plausible que también asistiesen representantes de todas las ciudades y dirigentes socialistas y nacionalistas, porque no era el partido del PP. Jugó Galicia. Dos estrellas rivales se abrazaron bajo la misma bandera. 

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