Justificaba su percha oronda afirmando que hasta un vaso de agua le engordaba. Y tenía mucha coña el gesto entre la resignación y la seriedad cuando intentaba disculpar su obesidad. Expresada la penitencia se sumergía en una cesta de fruta antes de meterse en la cama con la convicción de que cenaba correctamente para remediar el sobrepeso. No era glotón, sencillamente no sabía comer, que no es lo mismo que malcomer.
Hemos llegado a un punto en el que todo quisque farda de sus mañas en los fogones gracias al empacho por los concursos en la televisión, pero seguimos sin tener ni pajolera idea de comer. Los nutricionistas advierten de que la fruta es la golosina de la alimentación y de que si la tomas de postre tienes más posibilidades de que aumente la lorza que si lo haces entre horas, pero sólo los escuchamos cuando más que una dieta se busca desesperadamente un milagro. Y así seguimos, sin dar demasiada importancia a nuestra manera de comer porque la fruta es imprescindible pero en su cantidad y en su momento. Resulta sorprendente que en los colegios no exista la asignatura de alimentación para criar una sociedad saludable.
El problema es gordo. Las farmacias de la provincia de A Coruña han decidido promover una campaña para prevenir la obesidad infantil. En Galicia el sobrepeso afecta al 23% de los cativos, porcentaje superior a la media estatal, que están en el 18% y también es para lamentarse.
Los boticarios alertarán con cartelería en sus establecimientos de que "En Galicia uno de cada tres niños de 6 a 15 años tiene obesidad o sobrepeso". Además del contundente mensaje, principalmente destinado a los padres, también han grabado unos vídeos que difundirán por las redes sociales con el objetivo de "fomentar el gusto por la alimentación sana y la cocina" entre los rapaces. Les propondrán siete recetas saludables para alimentarse rico y bien con productos de temporada y proximidad sin tocar los alimentos procesados que abundan en la cesta de la compra de cualquier hogar.
El sistema educativo ya contempla con una ligereza pasmosa la asignatura de gimnasia, pero la alimentación ni siquiera se plantea en el debate de futuros modelos escolares. La cuenta será sanitaria.
