Opinión

La indefensión monta en bicicleta

El miedo monta en bicicleta. Y no se va a solucionar sólo con campañas de concienciación. En lo que va de año se ha registrado ya la muerte de 21 ciclistas en las carreteras de todo el Estado. El fin de semana fueron dos los que fallecieron por un atropello en Tarragona. Un mozo de 18 años regresaba de marcha a las 8.15 de la mañana, a la misma hora a la que dos amigos de 50 y 60 años comenzaban su habitual ruta de pedaleo de los domingos con otros dos integrantes de la agrupación deportiva Amics de Riudoms. Noche, drogas, carretera e inexperiencia al volante combinan mal. Ayer se registraron dos heridos por un atropello en Valdoviño. Pasaban diez minutos de las cuatro de la tarde y a esa hora el riesgo de que el conductor vaya cocido es algo menor.  

Las cifras son tan espeluznantes como intolerables. 44 muertos el año pasado en las carreteras españolas, 33 hace dos y así hasta un total de unos 500 en los últimos doce años. Los ciclistas no se mueren por el esfuerzo o por un golpe de calor o por congelación. Tampoco se estrellan contra los coches. Los embisten por no adelantar respetando la distancia de seguridad. La imprudencia continúa estigmatizando al ciclista para una gran parte de los conductores e incluso de los peatones cuando lo que realmente sienten sobre la bicicleta es indefensión. Aunque la cifra de fallecidos se ha alejado de los 120 contabilizados en 1999, sería conveniente profundizar en la educación de los escolares con una parte práctica para que en las siguientes generaciones la estadística sea anecdótica. 

El que se atreve a salir a la carretera en bicicleta cambia su percepción del riesgo al que está expuesto el ciclista, con lo que después también modifica su manera de conducir. En los colegios tendría que impartirse una asignatura de bicicleta con práctica en la carretera. Un fulano educado también puede pintar el nombre de la banda estadounidense de hard rock Kiss y unos bigotes y ojos de gato en una escultura del siglo XII de la fachada románica de Praterías de la Catedral de Santiago de Compostela, pero convendremos que este tipo de actos vandálicos que pueden acarrear una multa entre 6.000 y 150.000 euros no son habituales. Los ciclistas muertos en la carretera sí.

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