Opinión

La batalla de la comunicación

Que los niños estén delante en las protestas y los viejos no estén detrás quiere decir que la fractura catalana es más profunda de lo que el Gobierno central quiso creer. La imagen de las fuerzas de seguridad entrando el domingo en un colegio con un ariete para llevarse las urnas es nefasta, aunque se obedezca un mandato judicial y los mossos hayan desertado de sus obligaciones. Sucede cuando la independencia de la Justicia está en entredicho. Las cargas policiales, con más delicadeza o igual dureza que en muchas otras situaciones conflictivas, sí han permitido a los separatistas situar sus anhelos en el panorama mediático internacional. La jornada fue para la Generalitat y el independentismo un éxito rotundo. Cataluña siempre ha tenido buenos publicistas y Mariano Rajoy ha perdido la batalla –palabra que le gusta utilizar– de la comunicación en el extranjero, aunque a él le pueda funcionar esta tensión de cara a un posible adelanto electoral. 

Y se puede argumentar que el Gobierno está obligado a hacer cumplir la ley y la Constitución, pero si en vez de enviar a las fuerzas policiales a hacer la función de los mossos hubiesen ordenado apuntar a quién incumplía la norma para celebrar un referéndum de mecadillo chino, en los principales medios del mundo no aparecería más que un breve por la anécdota. Tampoco ayer se paralizaría Cataluña para protestar por los excesos de las fuerzas del orden estatales ni éstas sentirían el rechazo de una parte de los ciudadanos. 

El problema salpica a todos. La tensión palpita en todo el Estado y la agitación de banderas casi nunca hace presagiar nada bueno. Sorprende que todas las personas que te cruzas durante un paseo hablen de lo mismo y no siempre con sentimientos que le transmitirías a tus hijos.  

Galicia celebra hoy su debate de política general, pero lo que está sucediendo a más de 1.000 kilómetros se impondrá en los discursos, aunque el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, intente que el debate se ciña a esta tierra. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ya anunció que en su intervención contrapondrá "la unidad social en Galicia con Cataluña", algo que ya sabemos por los procesos electorales. 

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