Se acaba la Gloria por la jeta. A partir de diciembre la visita al lustrado Pórtico del maestro Mateo costará 10 euros y hay peña molesta en las redes sociales "porque es de todos". La Iglesia tendría que bendecir el disgusto de los que sienten suyas las paredes en las que se celebra el rito y comenzar a cobrar entrada sin explicar mucho más que el horario. La protesta en las redes sociales es gaseosa y la visita sin padecer una cola de cinco horas ni codos en el ojo bien vale diez euros.
El misterio es que no se haya hecho antes –en Italia o en Grecia pasas por caja por cualquier piedra a la que le hayan colgado un cartel–, aunque el torno era difícil de encajar en el gran Camino de la peregrinación cristiana. La restauración descubrió la policromía de la piedra y la Catedral encontró el pretexto para aumentar el cepillo. Es algo comprensible, aunque Daniel Lorenzo, responsable de la Fundación Catedral, tuvo que justificar ayer la decisión en rueda de prensa. Lo acompañó en el brete el deán, Segundo Pérez.
La radio del coche va a tirones, pero el tono de la voz de Daniel Lorenzo no disimulaba el mosqueo por el rumor de las críticas "injustas" al peaje. Después, en el teletipo detallaban las diferentes tarifas para amigos del templo, peregrinos... Además, insistió en que los 6,2 millones que costaron las 50.000 horas que necesitaron una docena de profesionales para realizar la limpieza corrieron a cuenta de la Fundación Barrié y no recibieron un can de las administraciones. Daniel Lorenzo abundó en que la catedral ha puesto desde junio 158.00 euros, y en la necesidad de fondos para conservar la gloriosa piedra: "Tenemos una obligación y no podemos renunciar a ella: que ese patrimonio se conserve". Esta vez amén.
