Opinión

La política en rebajas

Cuando el socialista Vicente Irisarri era alcalde de Ferrol se quejaba de las dificultades para crear un equipo con imaginación por los salarios que podía ofrecer. Impulsor del surf en Galicia y de un proyecto internacional como la Pantín Classic, perdió la alcaldía en 2011 contra José Manuel Rey Varela, ahora otra vez candidato del PP, con cruce de declaraciones por el salario. Irisarri comenzó el mandato siendo uno de los regidores más 'caros' de Galicia y lo terminó como el más 'barato' de las siete ciudades, con una retribución de 45.000 euros. 

La ruptura de la coalición con Yolanda Díaz por un carácter que calificaban de autoritario tampoco ayudaron al ingeniero naval a conservar el timón, además de resultarle imposible surfear la gran ola 'mariana' que coloreó el mapa municipal de azul. Dos años antes, ya Feijóo había irrumpido en San Caetano utilizando como ariete electoral el Audi blindado que compró Emilio Pérez Touriño y las sillas que encargó el conselleiro de Presidencia, José Luis Méndez Romeu. Feijóo subastó el coche blindado para no incurrir en contradicciones tras  un tiempo llenándose de polvo en el garaje de la Xunta y en las sillas continúa sentándose su Gobierno. Pero en tiempos de crisis el discurso de la austeridad caló hasta convertirse en una trampa en la que también metió el pie hasta el fondo Pablo Iglesias cuando intentaba apuntalar el proyecto de Podemos. Los representantes de la formación morada sólo pueden percibir tres veces el salario mínimo interprofesional y como no cambie el asunto, un tipo con inquietudes políticas preguntará antes de decidir sus colores políticos si el caldo se enfría soplando o con sopas. 

El Gobierno central hizo ayer públicos los sueldos de las corporaciones locales de 2017, datos que ya eran conocidos y quizá por eso los regidores de Ourense (64.431,50 euros) y Ferrol (40.000 euros), como otros 41 en Galicia, pasaron de contestar. Ya podemos entretenernos con las comparaciones. De los 74.018,18 euros que cobró el alcalde de Vigo, Abel Caballero, a los 39.999,96 que recibió Xulio Ferreiro por desempeñar el mismo papel en A Coruña, aunque con menos espectáculo, o los 50.999,90 de Martiño Noriega por gobernar Santiago. Y alguien dirá que se forran. 

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