Opinión

Si al menos fuese sepulturero...

Galicia se muere pero tampoco es para dramatizar, que esta columna lleva varios años con el lagrimal fácil por la pérdida constante de población. Advierte el Instituto Nacional de Estadística de que en el primer semestre del año que también agoniza, en esta tierra la han diñado 7.942 personas más de las que han nacido, representamos el 25% del saldo vegetativo negativo de todo el Estado y en 2016 se registraron 12.695 defunciones más que alumbramientos, pero no se preocupen más de lo necesario por el parte de bajas. El planeta está superpoblado y contamos con el presidente Feijóo para señalar el camino en los ratos que le deja libre Cataluña. Ayer, después de recordar a los independentistas que "un país no es un laboratorio" durante la intervención en la entrega del Premio Familia Empresaria de Galicia –concedido en esta ocasión a Prada, propietaria de la Compañía de Tranvías de A Coruña–, el presidente de la Xunta destacó la importancia de los emprendedores y de las industrias que exportan sus productos a otros mercados. "Es un síntoma de que Galicia está transitando por el buen camino frente a la incertidumbre que provoca la huida de empresas en una comunidad autónoma como Cataluña", proclamó Feijóo como si estuviese predicando en Barcelona. Claro que como un empresario dependa de los futuros consumidores gallegos va apañado para mantenerse a flote, a no ser que decida aventurarse en el proceloso pero próspero negocio de las funerarias.

Con las defunciones funcionando razonablemente bien frente a la sequía de alumbramientos, porque la tarjeta de bienvenida de la Xunta anima unos días pero al churumbel hay que alimentarlo todos hasta que tenga edad para poder emigrar con título universitario, el oficio con menos riesgo de paro para los que decidan quedarse será el de sepulturero. El sueldo en una cementerio municipal de una ciudad ronda los 1.500 euros netos al mes. Para poder presentarse a la oposición se necesita tener nacionalidad española, ser mayor de edad y menor de 65 años, estar en posesión del certificado escolar para el puesto de operario, FP1 para la plaza de oficial y Bachiller si se quiere llegar al rango de encargado. Descarten la pediatría.

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