Opinión

El moreno de Pedro

Durante los años universitarios en Salamanca circulaba la creencia bastante fundamentada sobre la importancia de estar moreno a la hora de acudir a un examen. En caso de que el profesor tuviese dudas sobre el aprobado, la propensión a catear se disparaba cuando el estudiante lucía tono Javier Arenas. Quizá a él su imagen de dueño del cortijo recién salido de la piscina tampoco le benefició para conseguir el objetivo de tumbar al PSOE en Andalucía. 

El moreno flexo, en cambio, solía incrementar la indulgencia del examinador aunque el ejercicio tuviese los mismos méritos y las horas dedicadas al estudio fuesen las mismas. Nunca se hizo un estudio, pero los universitarios dábamos por cierto que el sol de junio es incluso más puñetero que el de septiembre cuando te enfrentabas a una materia confiando en que los dados cayesen de tu parte. 

A Pedro Sánchez le está sucediendo algo parecido con las breves vacaciones que se tomó en la costa del Cabo de Gata. El líder socialista fue "sorprendido" la semana pasada por la revista 'Pronto' "divirtiéndose en la playa con su mujer y sus hijas". Es la no noticia porque se presupone que uno pisa la arena para desconectar, pasárselo bien y dedicarle algo de tiempo a la familia, pero en este país tiene más audiencia un programa de cotilleo que ventile toda clase de líos que una final olímpica con la presencia de Rafa Nadal como se acaba de comprobar en los Juegos de Río.

En la otra orilla, y no solo política, se encuentra Mariano Rajoy. Los paseos matutinos durante los fines de semana del mes de agosto por la Ruta da Pedra e da Auga que transcurre por los municipios de Ribadumia y Meis en compañía de José Benito Suárez, marido de Ana Pastor y presidente de la Autoridad Portuaria de Marín, son interpretados con un tono más condescendiente. Se trata de un presidente en funciones que reflexiona caminando sobre el incierto futuro del país y el acuerdo con el ciudadano Albert Rivera mientras el líder de la oposición "pasea palmito" y se zapatea en una tumbona sin hacer nada por desbloquear una situación que puede acabar con nuevas elecciones. Independientemente del tono de piel, es Rajoy el que se somete al examen de la investidura, aunque los dos pueden acabar quemados. 

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