Opinión

"No le llames ministro"

El chaval de los vecinos tiene cara de pillo y formula unas preguntas en el ascensor que descolocan al personal. "Este va para ministro", se le ocurrió comentar al  chófer de anécdotas cuando todavía arrastraba el pañal con la solemnidad del que viste un frac. La gracia se convirtió en apodo y ministro le quedó. Al cativo nunca le ha importado que todos los vecinos lo llamen por el apodo o que le gasten bromas sobre la urgencia de cambiar los estatutos para  entregarle la presidencia de la comunidad a perpetuidad.

La coña tampoco parecía desagradar a la madre porque nunca corrigió a un vecino hasta que el otro día se giró después de la cordial despedida del ascensor. Aprovechando que iba sola avisó con gesto serio: "Nunca más le vuelvas a llamar ministro. ¿No lees los periódicos o no ves las noticias?". Inmediatamente se dio cuenta de que su comentario era similar a preguntarle a un sacerdote si practica la castidad, por lo que intentó quitar  gravedad a la advertencia. "Es que cada día aparece un nuevo escándalo y a mí me comen los demonios cuando me dice que va a ser ministro como los que aparecen en la televisión". 

La disculpa sonó a sincera, pero a veces se mete el zueco hasta el fondo en el intento de disipar la tensión. "También te puede salir conselleiro de la Xunta o diputado...". La mujer no esperó a que terminase el comentario. "Sí, como Celia Villalobos, no te joroba". Y eso que todavía no la habían cazado otra vez en el Congreso entretenida con sus cosas en internet, pero hay políticos con fama merecida. La mujer hizo recordar el lema de una camiseta de Robe Iniesta, vocalista y líder de Extremoduro, que utilizó para presentar uno de sus trabajos hace dos décadas: "No quiero ser como tú". 

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