Opinión

Nos hemos venido arriba

La vecina del cuarto que rara vez saludaba a nadie llamó ayer a la puerta para reclamar que se celebre una votación en la comunidad sobre la conservación de las jardineras."Y si no se convoca, atente a las consecuencias", amenazó. Cuando después de unas cuantas explicaciones comprendió que este chófer de anécdotas ya no es el presidente desde hace media docena de meses, se fue con su mala leche a aporrear la puerta del sustituto en el tedioso cargo.


Lo que está pasando es maravilloso. Nos hemos venido arriba, como se ha demostrado en Grecia. La peña le ha cogido gusto a votar porque comprueba que sí se pueden cambiar gobiernos e influir en las decisiones políticas. Después de dos mandatos, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha recibido al alcalde de Vigo, Abel Caballero. Resulta incomprensible que en todo este tiempo el representante de todos los gallegos y el de la principal ciudad de Galicia no se hubiesen visto el careto, aunque sí se propinaron respectivas y abundantes descalificaciones.

Lleva razón Caballero al reflexionar que la reunión fue posible porque los ciudadanos le concedieron un apoyo tan mayoritario como absoluto.
Han tenido que pasar unas elecciones con un resultado desconcertante por la irrupción de plataformas ciudadanas en los concellos para que la Xunta se haya sentado a hablar de desahucios con las entidades bancarias.

Las dos partes han manifestado su buena voluntad para ayudar a las familias más desfavorecidas. Nunca es tarde cuando hay buena intención, o al menos se presupone, y la crisis sigue sin extinguirse.
Hasta 500 cargos de Podemos se han rebelado contra el sistema de primarias que pretende implementar el hasta ahora incontestable Pablo Iglesias.

Te puede interesar