Opinión

Piqué y las banderas

Pues va a resultar que el tipo con más criterio para valorar cuándo los límites se sobrepasan por la euforia durante una celebración deportiva es Gerard Piqué.  "Piqué, cabrón, saluda al campeón", entonó la plantilla del Real Madrid en Cibeles durante la fiesta por el título de Liga siguiendo la letra que marcaban Carvajal e Isco. El personal que no asistió al banquete merengue se enteró de la descortesía por el enojo al día siguiente en el corral televisivo, como sucedió cuando en la final de la Copa del Rey entre Barcelona y Alavés se pitó el himno de España. Gerard Piqué acudió al corte de la polémica con contundente coherencia: "Están contentos, es normal, tienen que celebrarlo". Algo similar había hecho él cuando la temporada pasada agradeció la Liga con un "contigo empezó todo" al cantante de reggaeton –no sólo es duro escucharlo, sino también puñetero escribirlo– Kevin Roldan por la fiesta de cumpleaños en casa de Cristiano Ronaldo. 

El Madrid levantó también la Champions y Piqué regresó a la polémica en las redes sociales durante el festejo sin provocarlo. "Ramos con una bandera andaluza enorgullece. Piqué con una senyera ofende". El tuit del diputado de ERC Gabriel Rufián está cargado de razón pero encendió el patio. Algún cateto que no es capaz de distinguir la senyera de la estelada dudó de su constitucionalidad. Somos así. Seguro que el tipo se abraza a la bandera asturiana cuando a Fernando Alonso le tira el coche, pero que un catalán ondee la suya...

El viernes pasado, el diputado nacionalista Luís Bará sacó en el Parlamento gallego una 'estreleira' para protestar porque las fuerzas de seguridad se la han requisado a aficionados gallegos en varios campos de fútbol. Sucedió en Vallecas, Valladolid y Leganés. El argumento de la directora xeral para o Deporte, Marta Míguez, para justificar que en los estadios se prohíban la bandera del nacionalismo gallego no pasa por el cribo del sentido común, por mucho que se quiera retorcer la ley del deporte porque se trata de un símbolo democrático y no incita al odio ni a la violencia. Acudamos mejor a la filosofía Piqué. Imaginen a un agente nacido en Esparragalejo cacheando aficionados en la entrada de Butarque. Hasta las estrellas del cielo son sospechosas. 

Te puede interesar