Opinión

Por dios

Cuando se creía que el empeño por condecorar vírgenes era patrimonio exclusivo del PP, sobre todo tras el paso de Jorge Fernández Díaz por el Ministerio del Interior, el Ayuntamiento 'rebelde' de Cádiz ha sucumbido ante un inesperado rapto de fe. La corporación municipal que preside José María González, 'Kichi', acaba de aprobar la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad a la Virgen del Rosario, según informó 'El Mundo'. 

La propuesta fue presentada por el grupo municipal del PP, como era de esperar, respondiendo a la demanda de 6.000 ciudadanos que firmaron la solicitud para conmemorar los 150 años que la Virgen del Rosario lleva siendo patrona de la tacita de plata. El milagro es que la iniciativa salió adelante gracias a los dos votos de Por Cádiz Sí se Puede, la formación 'podemita' del alcalde de la ciudad. Los dos ediles del PSOE también votaron a favor, como el concejal de Ciudadanos, y Ganemos Cádiz, en la órbita de Izquierda Unida, se abstuvo. 

"No cuentes mentiras, por dios", respondió en el abrevadero un militante activo del partido de Pablo Iglesias cuando otro cliente que no oculta sus simpatías por el PP leyó la noticia en voz alta. "Menos mal que algunos de los vuestros acaban cayendo del caballo", añadió con ánimo de jorobar. Hace unas semanas, el mismo fulano puso podre al alcalde de Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores, por no secundar la propuesta del concejal popular, Rafael Domínguez, para promocionar el Santuario de las Apariciones –en donde se dice que la virgen y el niño Jesús se aparecieron a Sor Lucía, la mayor de los tres pastores de Fátima– como lugar de peregrinación mariana. "La idea es de índole religiosa y no económica", defendió Rafael Domínguez durante una intervención que cuestionó hasta María Rey, representante de Ciudadanos, por "el afán evangelizador".

Si la propuesta para intentar equiparar  Pontevedra con santuarios como el francés de Lourdes o el portugués de Fátima es exclusivamente para atraer turistas, entonces quiere decir que el referido concejal no entendió el pasaje bíblico en el que Jesús desaloja a los mercaderes del templo. La virgen y los santos no necesitan medallas ni que el hecho religioso acabe convertido en un parque temático.  

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