Opinión

Presidente de un cacho de un Galicia

Alberto Núñez Feijóo es el presidente de la Xunta de Galicia, pero cuando no eres capaz de acordar una reunión con los alcaldes de las dos ciudades más pobladas y con mayor actividad económica –aunque  consideres a Abel Caballero y a Xulio Ferreiro tan agradables como la carantoña de un toxo– para abordar asuntos que condicionarán el futuro de los vecinos, entonces se puede inferir que presides un cacho de Galicia y en el otro haces lo que te sale del pie sin contar con la opinión del representante elegido por los ciudadanos . 

Ayer el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y Núñez Feijóo suscribieron un protocolo previo al convenio por el que la Xunta pasará a ser copropietaria del 51% de los muelles de Batería y Calvo Sotelo del Puerto de A Coruña a cambio de 20 millones de euros "para garantizar la titularidad pública evitando la subasta", según palabras del presidente gallego, pero con la firma están facilitando la posibilidad de que se privatice el muelle de San Diego, el 80% de los terrenos portuarios de la ciudad. Ahí imaginan desde el año 2004 viviendas, centros comerciales y negocio ganso para pagar el pufo del Puerto Exterior más ruinoso de la historia de la humanidad. 

En un acto que puede cambiar la fachada de la ciudad más marítima del Estado no estaban convocados ni el alcalde, Xulio Ferreiro, ni el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, a los que curiosamente sí invitan a participar en ese 51%. El pasado mes de mayo una manifestación de unas 4.000 personas a la que acudieron representantes de todos los partidos políticos, excepto el PP, propició que al menos se excluyesen del negocio los terrenos de Calvo Sotelo y Batería. "Unha vez máis inténtase deseñar A Coruña sen contar con A Coruña", se quejó con razón Xulio Ferreiro. El Concello apuesta por un espacio público siguiendo los ejemplos de Valencia o de Bilbao, pero el Gobierno central y la Xunta prefieren otro modelo.

Decía el gran Isaac Díaz Pardo que todo lo que tiene solución con dinamita no representa un gran problema. Pues lo mejor que se puede hacer con el Puerto Exterior coruñés y más con el de Ferrol al lado, es barrenarlo para que al menos faenen los percebeiros. Feijóo ha sido capaz de unir a Vigo y a A Coruña en la protesta.

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