Opinión

Soy mujer, pago lo mismo

Mientras por estos pagos pasamos días discutiendo sobre la conveniencia de unas vallas publicitarias en las que se anuncia el aniversario de un club de alterne en O Porriño con el reclamo de las tetas al aire de la actriz porno Susy Gala y el abultado paquete de un icono del género como Nacho Vidal, el Gobierno vasco prepara un decreto que prohibirá a los locales de ocio establecer diferencias en el precio de las entradas en función del sexo, origen o creencia religiosa de los clientes. Cuando se apruebe el texto, las mujeres no podrán entrar en una discoteca gratis ni acceder a un precio más barato que los hombres. 

Aunque algún becerro calificará la iniciativa de "postureo político", se trata de un paso más para acercarnos a la meta de la igualdad de género. Las mujeres dejarán de ser un reclamo para atraer a los hombres a un garito. Esta práctica todavía es habitual en cualquier zona de ocio nocturno de la península. La reflexión de un hostelero cuenta con la efectividad de la sencillez: los hombres acudirán en manada a un local que esté abarrotado de mujeres y para conseguirlo no les cobro la entrada.

El alcalde de Gondomar, el socialista Francisco Ferreira, incluso solicitó una valoración jurídica al secretario municipal, además de trasladar el asunto al juzgado, para poder retirar el polémico cartel sin riesgo de una demanda judicial de la empresa anunciadora. Los policías municipales no apreciaron infracción en el cartel al no alterar el orden público, ni exhibir partes púbicas, ni incitar a la prostitución.

En Euskadi las mujeres pagarán los mismo que los hombres en las discotecas. Un avance más. Sólo falta que también cobren lo mismo por el mismo trabajo. 

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