Opinión

El rapto de Europa

No, no voy a hablarles de aquella mujer fenicia de Tiro raptada por Zeus, disfrazado de toro blanco, quien acabó dando nombre a nuestro continente. Aquella Europa del mito griego fue secuestrada por amor, algo muy diferente a cuanto está sucediendo con esta otra llamada Unión Europea donde la cueva de Ali Babá se ha instalado en lujosos salones con suelos de mármol y bóvedas de cristal.

Voy a hablarles de dos noticias que estos días nos invitan a salir de Europa por cualquier puerta lo antes posible ya que nuestro poder ciudadano no tiene ningún valor frente a unas instituciones regidas por los verdaderos dueños de la cueva de Ali, a quienes resultará imposible meter en las barricas de aceite y hacerlos desaparecer. Se están llevando el tesoro, las barricas, el aceite, la lámpara maravillosa, el genio y hasta el burro de Ali.

Uno de esos cuarenta de la fábula, el abogado del Tribunal de Justicia de la UE, acaba de resolver que los bancos españoles no tendrán que devolver el dinero estafado antes de 2013 a quienes firmaron inocentemente la cláusula suelo de sus hipotecas. Es decir, un banco te estafa una cantidad y solo estará obligado a devolverte una parte por temor a que el estafador quiebre. ¿Podemos seguir confiando en la justicia europea? No.

Al mismo tiempo Durao Barroso, expresidente de la Comisión Europea, retirado con una pensión de 26.000 € mensuales, ficha por Golman Sachs, el banco responsable de la crisis de las hipotecas basura, por una cantidad compatible de 18.000 € al mes. No olvidemos que el portugués fue el gestor de los rescates de Grecia, Irlanda, Portugal y de la banca española. Pero detrás de Durao también está Mario Draghi, artífice de las privatizaciones italianas, vicepresidente ejecutivo de Golman Sachs cuando esta entidad asesoró a Costas Karamanlis cómo ocultar el déficit griego generador de la tragedia económica del país heleno.

Y a la misma mesa de estos tres se sienta su antecesor Jean-Claude Trichet, quien estuvo implicado en la famosa falsificación contable del caso Crédit Lyonnais. Escándalo en el que participó Cristina Lagarde, actual Directora General del FMI, sucesora a su vez de Rodrigo Rato, con cuyo historial económico no es necesario refrescar la memoria. Y con ellos negocia políticas económicas –quizás debiera decir trapichea- Luis de Guindos, en sus días director para España y Portugal de Lehman Brothers, la compañía de servicios financieros, cuya quiebra en 2008 fue el desencadenante de la crisis financiera internacional, la misma que está vaciando los bolsillos de la clase media española en beneficio de los bancos y los económicamente poderosos.

En esa lista de comensales podría también citar a Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, impulsor del nefasto Tratado de Maastricht mediante el cual los europeos cedimos toda nuestra soberanía a los banqueros y a los mercados. Pero la lista es tan amplia como agotadora. Pasa de cuarenta nombres y usted y yo sin poder para meterlos en las barricas de aceite hirviendo. Es el nuevo rapto de Europa.

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