Opinión

La Triple Alianza más uno

Ya tenemos Gobierno pero esto no significará paz política. El sosiego que los ciudadanos deseamos no nos vendrá ni del ejecutivo ni del legislativo. Los dos poderes son desde la investidura de Rajoy dos trapecistas enemigos, condenados a saltar de un trapecio a otro, a sostenerse y liberarse tratando de anularse sin perder el equilibro. Difícil situación para este circo en el que el tercer poder, el judicial, que está removiendo los cimientos de la corrupción y ha quedado solapado y amortiguado por la inestabilidad parlamentaria, tampoco garantiza la concordia.

Los debates de investidura han dejado en la retina un avance de la película en cartelera para los próximos meses. En ella veremos a un PP tratando de navegar agarrado a los remos de Ciudadanos y del PSOE. El primero con certezas, el segundo con incertidumbres. No se consolidará la triple alianza pragmática anunciada –y deseada- por Iglesias, aunque los tres partidos se necesitan para diseñar sus futuros. Rajoy así lo perfiló al señalar a Podemos como sujeto activo de la oposición y al tratar de contemporizar con el PSOE. Sin embargo, será un error de futuro si pretende mantener a los socialistas en el limbo de la simple colaboración institucional. Ese supuesto acabaría minando aún más la credibilidad de los dos grandes partidos.

La sintonía percibida entre Rajoy e Iglesias es un mal síntoma, pues vimos la verdadera Triple Alianza –Iglesias, Rufián, Matute- con deseos de dinamitar cuanto no se ajuste a sus sentido de exaltados, que no es lo mismo que indignados como pretenden comercializar ellos. Los despropósitos y bandazos ideológicos de Iglesias ya están retratados en las hemerotecas y en la pérdida de casi un millón y medio de votos. La hipocresía de Rufián, ERC, gobernando en Cataluña con la derecha nacionalista corrompida y pidiendo en Madrid coherencia al resto de las fuerzas parlamentarias no afines, deja claro su perfil. La estela de Matute, representante de HBildu y Alternatiba, no es ningún secreto.

¿Es esta Triple Alianza la oposición que necesita el país? ¿Es este el retrato de la nueva política al que debemos sumar la iluminada desfachatez especulativa de Ramón Espinar (Podemos) en Madrid? ¿Es el Tres +1 que esperaba la juventud para engrasar la maquinaria del poder transparente y honrado? ¿Es esta la sorpresa, que nos reservaba el sorpasso negociado en secreto, de la que nos han librado los pérfidos varones del PSOE al derrocar a Pedro Sánchez?

Muchas de estas interrogantes tendrán respuestas antes de la nueva convocatoria de elecciones –en cinco meses o en cuatro años-. Al PP le interesa una oposición feroz. Saben que 15M les dio la mayoría absolutista y puede repetirse teniendo enfrente a la Triple Alianza. La esperanza para no sucumbir de Podemos es la inestabilidad permanente del PSOE. El reto de los socialistas es comprar tiempo en un mercado de falsas monedas. Ciudadanos y los nacionalistas serán comparsas útiles. Es lo que hay.

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