Concepción Méndez, Conchita para los vecinos de Sandiás, ha cubierto una larga etapa de 36 años como alcaldesa, que da ahora por finalizada después de que las urnas hubieran supuesto un inesperado y serio revés para los intereses del PP.
Las horas posteriores a los comicios electorales del pasado 24 de mayor tuvieron que ser duras para Concepción Méndez, pues no es fácil asimilar que los resultados le llevarían a poner fin a una larga etapa de 36 años al frente de la alcaldía de Sandiás. "Entré en abril de 1979, con las primeras elecciones democráticas", recuerda orgullosa.
También debió ser duro para los funcionarios del Concello capear el "notición" que corrió como un reguero de pólvora entre los vecinos del municipio. Un silencio sepulcral reinaba en las oficinas municipales, lo que hacía presagiar que nadie quería molestar a Conchita, como es conocida la alcaldesa por los vecinos. Uno se hace a la idea de que no estaría de buen humor. Normal. Mejor no hurgar en la herida, eso ya lo harán otros.
Nada más entrar a su despacho y observar su rostro todo lo interiorizado no vale. De la Concepción Méndez que todo el mundo suponía de mal humor no se vislumbra nada, si es que en algún momento lo hubo, o es que la procesión iba por dentro, o vaya usted a saber. Se mostró coqueta, juntó los papeles que tenía en la mesa, se retocó el pelo y sosteniendo las gafas con la mano respondió con una sonrisa a la pregunta de si se marchaba con tristeza después de 36 años al frente de la alcaldía. "Las elecciones se ganan y se pierden. Me ha tocado perder y me voy satisfecha de lo hecho durante todo este tiempo, y espero que quienes me sucedan lo hagan mejor si pueden".
Reconoce que a su edad, y después de toda una vida trabajando ya no está para más luchas políticas y dejará su acta de concejal. "Comencé a trabajar muy joven. Primero ayudando a mi padre en la fábrica de gaseosas que tenía, y a los 20 años aprobé la oposición de magisterio, que alterné muchos años con la alcaldía sin cobrar nada del Concello, al igual que desde la jubilación. Si que es verdad que durante una época tuve dedicación exclusiva porque llegó un momento en que era imposible compaginar la profesión con al alcaldía, pero en cuanto me jubilé ya no tuve sueldo", remarca.
En este recorrido habla ahora de sentimientos. Un antes y un después que marca lo que será su vida de ahora en adelante. "Me voy feliz y contenta. Para mi supone una liberación. Después de tantos años de trabajo creo que merezco descansar, disfrutar de mi familia y amigos y tener una vida más libre y sin tantos agobios". Aquí también dejó un agradecimiento para todos cuantos le apoyaron.
Acto seguido valora su etapa como "muy positiva e importante. Trabajar para el Concello ha sido la mayor satisfacción que he tenido, no ya tanto para mi, sino por cada obra que lograba realizar en beneficio del bienestar de los vecinos". Seguidamente pasa a enumerar algunos de los logros conseguidos. "Todos los pueblos disponen de saneamiento, agua y luz. Tenemos colegio, guardería, pistas deportivas, velatorios, centro social, más de 60 kilómetros de pistas asfaltadas, templos arreglados, un edificio nuevo del Concello, la Casa da Lagoa...", mencionando también la compra a Hacienda de varias fincas y casas, que engrosan el patrimonio municipal.
UN CONCELLO SANEADO
Finalmente, saca pecho de su gestión y les manda un mensaje a quienes le sucedan. "Queda un Concello saneado, con un gran patrimonio y sin problemas de ningún tipo". Y cuando parecía que la conversación finalizaba, se saca de la chistera dos obras ya contratadas por 86.000 euros, la remodelación de una casa y la plaza Irene Durán. "De eso ya no se tendrán que preocupar, después...", y lo deja en el aire antes de cerrar definitivamente la carpeta de su trayectoria.
